Corría el año 1924 cuando Alfonso Ribas creaba la primera concesión de autobuses para unir el núcleo de Sant Antoni con la ciudad de Eivissa. Noventa años después esa línea se mantiene pero, eso sí, con muchas más frecuencias que en sus inicios, con otros vehículos, y con el nieto del fundador al mando de la empresa Autobuses San Antoni S.A., el también Alfonso Ribas. “La característica fundamental de la empresa ha sido estar siempre al servicio de la sociedad ibicenca, evolucionando constantemente al ritmo que lo ha hecho ella, aumentando servicios y siempre teniendo muy en cuenta y como prioridad dar un buen servicio a los usuarios”, explica Ribas.
Antes de pasar a la tercer generación de la familia, la empresa estuvo a cargo de los hijos del fundador, Rosa y Mariano Ribas, bajo el nombre Herederos de Alfonso Ribas Piqué. A día de hoy, y según relata su actual propietario, la cuarta generación, es decir los biznietos del fundador, ya está inmersa en la gestión.
La línea para unir los dos municipios arrancó con un viaje al día para facilitar a los residentes de Sant Antoni que pudieran llegar a la ciudad. Actualmente se realizan trayectos cada media hora, desde las siete de la mañana y hasta la medianoche. Durante el verano, y dada la demanda turística, se ofrece servicio de transporte público las 24 horas del día desde hace ya más de dos décadas: “Así como hemos vivido la evolución del turismo durante estos casi cien años de servicio, hemos ido evolucionando intentando siempre adelantarnos a la demanda”, explica Alfonso Ribas en la cochera que la empresa tiene en el municipio que la vio crecer. Las instalaciones acogen los 15 autobuses con los que cuentan para realizar el servicio regular. Algunos de estos vehículos se encuentran ahora en pleno proceso de reparación con el fin de dejarlos a punto para el inicio de la temporada turística y acoger a las manadas de turistas que visitan la isla.
LOS CAMBIOS. Durante estos noventa años de recorrido, Autobuses San Antonio S.A. también ha visto cómo cambiaba el perfil de sus clientes. “Hemos visto los cambios que se han producido en nuestros usuarios a la par que iba evolucionando el turismo en la isla. De hecho, recuerdo los tiempos de éxito de la plaza de toros de Eivissa, ahora ya demolida, que motivaba unos desplazamientos de ida y vuelta masivos. Ahora se podría comparar con lo que mueven las discotecas, pero a diferentes horas, claro”, añade.
Los usuarios de la línea Sant Antoni-Eivissa tampoco son los mismos en verano que en invierno. Y es que si durante el invierno los clientes más habituales son trabajadores y jubilados, durante el verano la mayoría son visitantes “que aprovechan el servicio que ofrecemos durante las 24 horas del día, y se nota mucho en los servicios nocturnos la afluencia de gente joven atraída por el ambiente festivo y discotequero de la isla”. Según el responsable de Autobuses San Antonio S.A., son los extranjeros los que están más acostumbrados al transporte público, “y valoran más que nosotros tanto la calidad como el precio”. Actualmente la empresa cuenta con una treintena de trabajadores que, según cuenta Ribas, llevan “casi toda la vida” trabajando en la empresa. En relación a la estacionalidad, Autobuses San Antonio S.A., después de toda su trayectoria, ya se ha acostumbrado a ella. Aunque no es fácil. Y es que solo en los tres meses de temporada, que Ribas tilda de “caóticos”, se transporta entre el 70 y el 80% de los viajeros de todo el año, que ascienden a más de un millón. “Para poder dar servicio estos tres meses debes estar preparado en personal y material móvil durante esos meses, el resto del año los autobuses permanecen en la cochera y causan un coste añadido de subactividad terrible”, indica Ribas que explica que los autobuses terminan su ciclo de actividad habiendo hecho menos kilómetros que los que hace otro de largo recorrido en la Península en dos años.
En cuanto a infraestructuras, Ribas apunta que las carreteras de la isla han mejorado bastante aunque siempre hay algunos tramos en los que se necesitan soluciones urgentes para poder absorber todo el tráfico. Aun así, el responsable de Autobuses San Antoni es consciente de que para poder acoger todo el tráfico “desmesurado y caótico” que se concentra en la isla deberían existir unas carreteras totalmente “desproporcionadas” para el resto del año. Como solución a ese caos circulatorio Ribas asegura que se debe llevar a cabo una serie de mejoras, como instalar paradas de autobús céntricas y dar un valor añadido al transporte público.
Otro de los inconvenientes con los que cuenta la empresa durante los meses de verano son los servicios ilegales, alegales o piratas, que se ofrecen en temporada alta y que se venden como “servicios complementarios”. Para Alfonso Ribas esta situación es “incontrolable” y “al final es todo muy caótico”. Por ello, el responsable de la empresa confía en que las autoridades actúen con “interés” para acabar con esta pandemia de servicios fuera de la legalidad en el transporte.