Una vez más, ante la proximidad de la Navidad hemos sido testigos, a través de la lectura de Última Hora y, evidentemente, de nuestro día a día, del incremento espectacular de los vuelos en la segunda quincena de diciembre a la Península.
Dado el carácter festivo que tienen estas fechas y que en temporada baja somos los residentes que nos desplazamos más a o desde la Península, cuando analizamos los efectos del encarecimiento de los vuelos resaltan los personales, algunos de ellos dramáticos, pues, por desgracia, también en estas fechas muchos ciudadanos se ven forzados a desplazarse por cuestiones de urgencia familiar, frecuentemente relacionadas con la salud o el fallecimiento de familiares.
Sin embargo, la falta de oferta de conexiones aéreas en temporada baja y especialmente en Navidad a unos precios razonables supone también un coste económico a las empresas y ciudadanos que por motivos profesionales o empresariales tienen que desplazarse durante las próximas semanas a la Península, o a aquellos estudiantes y profesionales que debido a que están completando su formación fuera de nuestras islas, aprovechan estas fechas para volver a su hogar.
Del mismo modo, esta situación reduce las posibilidades de mantener activo el producto turístico urbano y de actividades complementarias al sol y playa, así como sus puestos de trabajo.
La situación es especialmente difícil en las islas menores, y en especial en Menorca, isla que carece de la proximidad que tiene Eivissa a la Península, donde empresas como Baleària prestan un servicio vital, enlazándola por mar con la Península en dos horas y con una tarifa asequible en cualquier época del año.
Por consiguiente, desde la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB) creemos que la Administración y las compañías aéreas deben satisfacer las demandas de las empresas y ciudadanos con el fin de garantizar la unidad territorial recogida en la Constitución española. Se trata de una unidad política que debe traducirse en el mantenimiento de buenas comunicaciones a lo largo del año, tal y como se garantiza con inversiones ferroviarias y aeroportuarias en otras zonas de España, que tenían un déficit de infraestructuras y conexiones, y donde con incluso menos demanda de transporte que Balears en temporada baja, ese déficit ha sido ya solventado.
Desde la CAEB tenemos esperanza en que la nueva AENA tenga una gestión más eficiente y sea capaz de reducir tasas aéreas en los aeropuertos más productivos y estratégicos, como los nuestros, eliminando costes de mantenimiento innecesarios en otros puntos bien conectados por tren, carreteras y autopistas. Ello y una mayor voluntad por desestacionalizar nuestra economía nos permitiría reducir el impacto festivo en la conectividad aérea.