Estamos a un par de meses de las elecciones. Los programas electorales se están ultimando y es ahora el momento de comprometerse y apostar por las cooperativas y la economía social.
¿Por qué? Porque las cooperativas ofrecen soluciones a un buen número de problemas que existen actualmente en la sociedad, entre ellos, el de generar empleo. Las cooperativas son empresas que aportan soluciones concretas a colectivos y contribuyen al desarrollo y crecimiento de los territorios.
Además, la economía social ha demostrado que tiene mucho que decir y aportar en el nuevo modelo económico y social que se ha de configurar.
Estamos en un momento decisivo para consolidar un nuevo modelo de convivencia basado en criterios más solidarios, equitativos y comprometidos con la sociedad. Y, por todo ello, es el momento de las cooperativas y de la economía social. Es el momento de que los partidos políticos, ante las elecciones municipales y autonómicas, atiendan las demandas de las cooperativas, de la economía social.
Es imprescindible que reconozcan la economía social como un agente social y económico, que actúa con personalidad propia, aportando riqueza colectiva, empleo estable y cohesión social. Debe ser reconocido y admitido como integrante en todos los foros de decisión económica, laboral y del diálogo institucional, así como en aquellos en los que se aplican las políticas de formación, de empleo, de desarrollo social y local, y de fomento de las pymes.
Se necesita un Pacto por el Empleo, que contemple la diversidad y el pluralismo de todas las formas de empresa que actúan en el mercado, entre ellas las cooperativas, las grandes olvidadas pese al empleo que generan y el mantenimiento de puestos de trabajo que brindan en escenarios tan duros como el actual. Un pacto, que incentive la contratación, el espíritu emprendedor y el crecimiento de la economía.
Es de justicia dotar presupuestariamente programas destinados a la creación de empresas y de empleos en la economía social, porque los más de 30.000 nuevos empleos, creados en los últimos cuatro años, lo justifican; empleos que permanecen más de cinco años, lo que genera estabilidad y riqueza en su entorno.
Hay que establecer medidas que eliminen los obstáculos actuales a la conversión de empresas tradicionales en crisis o de relevo generacional en cooperativas con el fin de salvar los puestos de trabajo.
Es responsabilidad de cualquier Govern reconocer y tratar del mismo modo, a través de la legislación, las distintas formas de emprender y crear empresa, de manera que se garantice el respeto del principio de libertad de actuación empresarial cualquiera que sea su modelo. Es necesario también potenciar la aplicación efectiva de cláusulas sociales para poder acceder a los concursos públicos basados en compromisos efectivos de creación de empleo, desarrollo local, cohesión social, RSE, etc.
La economía social, en general, y las cooperativas, en particular, deben ser una prioridad política para cualquier gobierno. ¡Es el momento!