¿Por qué hay que tener ahorros propios de cara a la jubilación? ¿Acaso no vamos a disponer de una pensión pública? No son pocas las personas que se plantean preguntas como estas o similares. Aunque las pensiones públicas están garantizadas y no peligran a corto plazo, sí que a medio y largo plazo es previsible su reducción.
En la actualidad, España es el país de la OCDE con la tasa de sustitución más alta. Es decir, es el país donde los jubilados reciben un porcentaje más alto de su último sueldo. Pero según todas las previsiones de la OCDE, este porcentaje va a cambiar drásticamente en los próximos años.
Se calcula que en España podría situarse en el 52% en 2050. Es decir, los actuales trabajadores entre 35 y 45 años tendrán que vivir, según esta previsión, con la mitad de su sueldo cuando se jubilen.
Resuelta la primera duda, la siguiente pregunta que nos planteamos es cuándo empezar a ahorrar. ¿Cuál es la mejor edad? Aquí debemos ser categóricos: enseguida que estemos en disposición de hacerlo. Empezar a ahorrar cuanto antes nos permite tener que realizar un menor esfuerzo económico, contar con más posibilidades de planificación y, sobre todo, poder aprovechar las oportunidades que se nos presenten para rentabilizar nuestros ahorros.
Esto se visualiza mejor con un ejemplo práctico: para alcanzar un capital de 100.000 euros a los 67 años, la cantidad ahorrar anualmente de empezar a los 30 años será de 1.467 €; de empezar a los 40 años, de 2.385 €; a los 50 años, de 4.461 €; a los 60 años, de 12.671 € (estimación de rentabilidad anualizada a 10 años: un 3%).
Una vez convencidos de la necesidad de ahorrar de cara a nuestra jubilación, es importante decantarse por la opción que mejor se ajuste a nuestras necesidades. En este sentido, es crucial recibir un buen asesoramiento antes de decidir en qué productos invertir, dependiendo del perfil, la edad y necesidades de cada persona.
Otra cosa que conviene hacer antes de contratar un plan de pensiones es revisar su historial de rentabilidad. Si sus resultados históricos se mantienen siempre en los primeros cuartiles por encima de la media del mercado, sin duda es un magnífico indicador de la idoneidad del producto. Una alternativa a los planes de pensiones son los seguros de ahorro, los cuales garantizan una rentabilidad mínima.