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Cuatro presos políticos y un disidente inician una huelga de hambre en Cuba

Fotografía cedida ayer por un asistente al funeral de Orlando Zapata, fallecido el martes tras un ayuno voluntario de 85 días.

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Cinco disidentes, incluidos cuatro presos políticos, comenzaron huelgas de hambre en Cuba tras la muerte del opositor Orlando Zapata, fallecido el martes tras un ayuno de 85 días en la cárcel, informaron ayer fuentes de la oposición y diplomáticos. Los presos son Eduardo Díaz Fleitas, Diosdado González Marrero y Nelson Molinet Espino, recluidos en la cárcel Kilo 5 de la provincia occidental de Pinar del Río, y Fidel Suárez Cruz, del penal Kilo 8 de la misma región.
El disidente en ayuno es el sicólogo Guillermo Fariñas, conocido como Coco, que ha colaborado en redes de los llamados «periodistas independientes» y reside en la ciudad central de Santa Clara, según confirmó él mismo por teléfono. Los cuatro encarcelados forman parte del grupo de 75 opositores condenados a penas de prisión de hasta 28 años en la llamada «primavera negra» de 2003, acusados por el gobierno de ser «mercenarios» al servicio de Estados Unidos.
Liberar a presos
Díaz Fleitas fue condenado a 21 años de prisión y los otros tres a 20 años cada uno. Los huelguistas piden la libertad de unos 200 presos políticos que hay en la isla y Fariñas envió al presidente cubano, general Raúl Castro, una carta en la que le pide demostrar al mundo que su gobierno no es «cruel ni inhumano».
Los cuatro presos «han sido confinados a celdas de alto castigo», informó la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), creada por opositores.
El portavoz de la comisión, Elizardo Sánchez, dijo que ha enviado mensajes a los cinco para que desistan de la huelga, porque el gobierno del general Castro «no responde humanamente a esa clase de protestas pacíficas». Los cinco empezaron su protesta entre el miércoles y el jueves, tras conocerse la muerte de Zapata el martes en un hospital de La Habana, al que fue llevado desde un centro penitenciario cuando su estado de salud era ya irreversible después de 85 días de ayuno.

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