El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, llega ayer a la cumbre del G-20 con la intención de reclamar transparencia en los mercados, defender el sistema español de supervisión financiera y exponer sus planes de austeridad ante el déficit, en línea con la estrategia europea.
La cumbre de Toronto comenzó ayer con una cena de trabajo de los líderes de las potencias económicas y de los principales países emergentes y España vuelve a participar en ella como invitada, tras las citas de Washington, Londres y Pittsburg (EEUU).
Como ya hizo en el último Consejo Europeo tras comprobar cómo rumores y especulaciones sobre la salud de la economía española alteraban los mercados, Zapatero defenderá la publicidad de las pruebas de resistencia que examinan la solvencia de las entidades financieras y en las que los grandes bancos españoles han obtenidos las más elevadas calificaciones.
La información y la transparencia, sostiene el Ejecutivo, deben contribuir a combatir los rumores infundados sobre la salud de la economía. Zapatero intentará demostrará la salud financiera del país y pondrá en valor el modelo de supervisión del Banco de España y el sistema de los fondos de garantía de depósitos con el que bancos, cajas y cooperativas deben afrontar eventuales crisis.