El ministro francés del Interior, Brice Hortefeux, confirmó ayer que, en tan solo 15 días, se han desmantelado más de 40 campamentos ilegales de gitanos en toda Francia. La afrimación del ministro galo levantó críticas de varias organizaciones humanitarias en el país, que rechazan el procedimiento tanto de detención como de expulsión.
En total son 700 las personas que se han visto afectadas y que, según el ministro, serán expulsadas a sus países de origen «de aquí a finales de mes». En rueda de prensa en Lyon, Hortefeux explicó que se fletarán vuelos específicos para devolver a todas las personas expulsadas a Bulgaria y Rumanía.
Decisión de Sarkozy
El desmantelamiento de los campamentos ilegales de gitanos y poblaciones nómadas fue anunciado el pasado 28 de julio por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien entonces dio órdenes a su Gobierno para la evacuación de la mitad de las 300 instalaciones de ese tipo que existen en Francia en un plazo de tres meses. La política de mano dura del presidente quedó puesta de manifiesto ayer.
Hortefeux hizo balance de lo realizado hasta ahora y anunció que la próxima semana se reunirá con dos miembros del Gobierno rumano para abordar la cooperación entre los dos países en este ámbito.
Las iniciativas del Gobierno galo contra los asentamientos gitanos se producen tras los recientes acontecimientos violentos registrados en Saint Aignan (centro del país) después de que la policía matara a un joven romaní durante una persecución.
A consecuencia de ese incidente, se produjeron disturbios callejeros en la localidad, incluido el ataque de medio centenar de personas al cuartel de la Gendarmería.