Cuba autorizará el empleo privado en 178 actividades y permitirá la contratación de asalariados en 83 de ellas así como el arrendamiento de viviendas por parte de particulares, dentro de su plan para ampliar el trabajo por cuenta propia cuyos primeros detalles fueron divulgados ayer.
A través del diario Granma, los cubanos conocieron este viernes el listado de actividades «cuentapropistas» para las que se podrá pedir licencia a partir de octubre, pero sólo siete son nuevas, entre ellas contables, profesores particulares, trabajadores agrícolas eventuales e incluso cuidadores de baños públicos y parques.
El resto son oficios que estaban ya permitidos para el trabajo independiente o bien se ejercían así en la práctica sin contar con la autorización del Estado, de manera que ahora quedarán «legalizados».
Dentro de este último grupo (29 actividades) figuran elaboradores y vendedores de alimentos, masajistas, instructor de prácticas deportivas (con excepción de artes marciales), canteros, aserradores, fabricante-vendedor de coronas y flores e incluso hojalateros.
'Cuentapropismo'
Otro aspecto en la flexibilización del 'cuentapropismo' es la posibilidad de que los cubanos, incluidos los que tienen autorización para vivir en el extranjero, puedan arrendar por su cuenta viviendas o habitaciones en pesos convertibles (equivalente al dólar).
En el variopinto abanico de oficios y actividades que se podrán ejercer de forma privada, hay 83 casos en los que se permitirá la contratación laboral entre particulares.
Se introduce además una novedad respecto a los famosos 'paladares' (restaurantes privados en su origen caseros): podrán dar servicio a un máximo de 20 clientes en lugar de los doce autorizados hasta ahora y también comercializar productos 'prohibidos', como mariscos o carne de res, que en muchos casos ya se ofrecían fuera de carta.
El trabajo por cuenta propia y las pequeñas empresas que resulten del mismo estarán sujetos a un régimen tributario específico que obligará a pagar impuestos sobre los ingresos personales, las ventas, los servicios públicos y la contratación de trabajadores. También se deberá tributar a la Seguridad Social.
El Gobierno analiza ahora con el Banco Central de Cuba hacer viable la concesión de créditos bancarios para que las actividades privadas puedan arrancar.