El pleno del Parlamento Europeo (PE) se pronunció ayer a favor de ampliar la baja de maternidad mínima en Europa de 14 a 20 semanas, una propuesta que ahora debe tratar de consensuar con los gobiernos, de entrada reacios.
Finalmente, los eurodiputados decidieron ir más allá de la propuesta inicial de la Comisión Europea, que abogaba por 18 semanas, y acercar la baja al periodo de 24 semanas que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«El voto del Parlamento en su primera lectura es muy ambicioso, pero está claro que no va a facilitar un compromiso equilibrado con el Consejo a corto plazo», opinó tras la votación la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario, Viviane Reding.
Las palabras de la comisaria advierten de la oposición que espera a los diputados en el Consejo de Ministros de la UE, donde algunos países como Reino Unido y Alemania se oponen totalmente a la ampliación de la baja de maternidad por los costes que acarrearía para sus economías.
Cambio radical
La propuesta del PE reclama un sueldo del cien por cien para las madres durante las 20 semanas de baja, algo que supondría un cambio radical para algunos Estados miembros, que hoy sólo garantizan una parte del salario.
Aunque el Parlamento apuesta por la remuneración total, una de las enmiendas aprobadas ayer por el pleno introduce la posibilidad de que las cuatro últimas semanas del permiso la madre reciba sólo el 75 por ciento de su sueldo si así lo decide un país.
Esa cláusula ha generado cierta confusión entre los eurodiputados, pues algunos de ellos consideran que contradice el resto del informe.
El Partido Popular Europeo (PPE), al menos en parte, la defiende asegurando que ofrece a los gobiernos la flexibilidad necesaria para adaptar la medida a sus sistemas nacionales.
La votación de ayer provocó importantes fracturas en los grupos, pues los parlamentarios ignoraron en muchos casos las directrices de sus fuerzas.
Por ejemplo, mientras gran parte del grupo conservador se opuso al texto, la mayor parte de los diputados españoles del PP lo apoyaron junto a sus compatriotas socialistas y de otras fuerzas.
En España, el permiso para las madres trabajadoras es de 16 semanas totalmente remuneradas, con las seis primeras después del parto de carácter obligatorio, mientras que el resto son transferibles al cónyuge.