El presidente de EEUU, Barack Obama, comenzó ayer su visita a la India con un breve discurso en memoria de las víctimas del atentado de 2008 en Bombay en el que evitó cualquier mención a Pakistán, país al que los indios responsabilizan del ataque.
La visita se inicia el mismo día en que el Washington Post informaba de que las autoridades de EEUU supieron siete años antes de los ataques que uno de sus actores centrales, David Coleman Headley, estaba en contacto con extremistas paquistaníes, sin que tomaran medidas. Pese a recibir advertencias en «al menos cinco casos» sobre las actividades de Headley, las autoridades no le interrogaron ni le colocaron en una lista negra, según el rotativo, que divulga, en colaboración con la agencia ProPublica, una investigación del Director Nacional de Inteligencia (DNI) de EEUU, Jim Clapper.
Obama aludió a los comentarios sobre el mensaje que encierra haber elegido Bombay como primer destino de su visita al gigante asiático, para aseverar que esta ciudad «es un símbolo de la increíble energía y optimismo que define a la India del siglo XXI».
Países unidos
Tras recordar a las víctimas del atentado de noviembre de 2008, el presidente aseguró que pretendía transmitir el «mensaje claro de que la India y EEUU están unidos en su determinación de dar a sus pueblos un futuro de seguridad y prosperidad». Obama destacó que, desde que ocurrió el múltiple atentado, en el que 166 personas perdieron la vida en tres días de asalto de un comando terrorista, su Gobierno y el de la India han «trabajado más estrechamente que nunca, han compartido información, prevenido más ataques y pedido que los autores sean llevados ante la Justicia».
Antes de su breve discurso, pronunciado con la emblemática Puerta de la India de fondo, el presidente y su esposa, Michelle, departieron con personal del hotel Taj, uno de los objetivos del comando atacante, y firmaron en el libro de invitados.
El hotel, una de las joyas arquitectónicas de esta ciudad portuaria india, está ubicado enfrente de la Puerta de la India y perdió a varios de sus empleados durante el ataque, que comenzó en la noche del 26 de noviembre.
Hotel Taj
La comitiva de Obama se alojará en el Taj durante su estancia en Bombay, una ciudad a la que los terroristas, dijo, pretendían «desmoralizar» pero «fracasaron».
El mandatario estadounidense aludió en todo momento a los «autores» del atentado, sin mencionar su nacionalidad paquistaní.
La India detuvo con vida a un solo miembro del comando, un paquistaní que ha sido condenado a muerte por un tribunal de Bombay, y ha insistido desde entonces en que Pakistán debe destruir la infraestructura que distintos grupos terroristas tienen en su territorio.
Según las palabras de Obama, los autores del ataque pretendían «enfrentar» a los miembros de las diferentes confesiones indias o la propia «diversidad que es la fortaleza de la India», pero la respuesta de la ciudad fue que personas de distintas religiones «se protegieron y salvaron unos a otros».