Las autoridades del estado de Baja Sajonia, en el norte de Alemania, anunciaron ayer que han detectado niveles de dioxinas superiores a los permitidos en la carne de cerdo procedente de una granja de esta región, por lo que cientos de cerdos de esta finca han sido sacrificados y la carne ha sido destruida. Asimismo, aseguraron que no se ha llegado a comercializar carne de ganado porcino contaminada.
La alarma saltó el pasado 3 de enero, cuando las autoridades alemanas dijeron que habían descubierto que algunos cerdos y gallinas habían sido alimentados con pienso contaminado con dioxinas que, a su vez, contaminó los huevos y a la carne de ave de las granjas afectadas.
Varios fiscales alemanes investigan la causa de la contaminación y si la empresa Harles and Jentzsch, que produce aditivos para piensos, distribuyó ácidos grasos para la producción industrial de papel entre los procesadores de piensos.
Exportación
La Comisión Europea indicó este lunes que algunos piensos contaminados habían sido exportados a Francia y Dinamarca. Corea del Sur ha restringido las importaciones procedentes de Alemania a causa de este asunto y Rusia ha dicho que podría hacer lo mismo.
Los Veintisiete se reunieron ayer en Bruselas para estudiar las consecuencias de la crisis alimentaria provocada por los piensos contaminados con dioxinas. Asimismo, una comisión del Parlamento alemán se planteará qué controles más estrictos se pueden imponer a las empresas de fabricación de piensos.
Las dioxinas se forman al quemar residuos y en otros procesos industriales. Se ha demostrado que contribuyen a aumentar las tasas de cáncer y que afectan negativamente a las mujeres embarazadas.