La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se reunieron ayer a puerta cerrada en Berlín para intentar consensuar in extremis una «línea conjunta» de cara a la cumbre de la eurozona de hoy en Bruselas.
La búsqueda de una articulación concreta del segundo rescate a Grecia, donde chocan propuestas antagónicas, es el único punto de este encuentro, que trata de «aunar fuerzas» para alcanzar una «buena solución», según explicó el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert.
«Todos compartimos el objetivo de Barroso de lograr un acuerdo contando con la buena voluntad de todos», indicó el portavoz haciéndose eco del llamamiento del presidente de la Comisión Europea (CE).
De concretarse, el resultado del encuentro franco-alemán, potencial embrión de la solución final de la cumbre, será con bastante probabilidad una fórmula mixta que asuma puntos de las distintas propuestas sobre la mesa para atajar la crisis griega y estabilizar a medio plazo el euro, apuntan los expertos.
En este sentido, varias voces desde Bruselas y Berlín han abogado en las últimas horas por una «flexibilización del rescate», que combinaría varias fórmulas.
Las variantes que se manejan van desde la reestructuración hasta el recorte o condonación parcial -a las que se opone frontalmente el Banco Central Europeo (BCE)-, pasando por el establecimiento de los eurobonos -que rechaza Berlín- o la recompra de bonos en el mercado secundario con aportes del Fondo Europeo de Rescate (FEEF).