Un comando de ocho talibanes puso ayer en jaque a Kabul con un ataque contra varios puntos de la capital afgana, como la Embajada de EEUU y la sede la OTAN, que causaron nuevemuertos y que se prolongó hasta bien entrada la noche, cuando fueron abatidos los dos últimos insurgentes.
El ataque se inició hacia el mediodía (hora local), desde un céntrico edificio en construcción que los talibnanes utilizaron para atacar con cohetes y disparos embajadas y otros edificios oficiales situados en la proximidades.
Nueve personas, entre ellas tres civiles y cuatro policías, murieron y 23 resultaron heridas por el fuego de los ocho integristas, según informó el jefe de la brigada de investigación criminal de Kabul, Mohammad Zahir.
La policía afgana mató, sucesivamente, a los cuatro talibanes que se hallaban en este inmueble y a cuatro insurgentes que se unieron al ataque en otros lugares de Kabul y que murieron cuando intentaban activar sus cargas explosivas.
«Nuestros muyahidines han atacado el cuartel general de la OTAN, la Legación de Estados Unidos, el departamento de espionaje afgano (NDS) y otros edificios gubernamentales del centro de Kabul», dijo un portavoz talibán, Zabiulá Muyahid.
Chalecos explosivos
Esta fuente detalló que los atacantes disponían de chalecos explosivos, ametralladoras y lanzagranadas.
Según la policía, entre los objetivos de los insurgentes se hallaban también el Parlamento y el cuartel general de la policía de fronteras.
En los combates también participaron efectivos de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), misión de la OTAN en Afganistán, según afirmó un portavoz de ese contingente.
La acción coordinada de los insurgentes paralizó durante horas Kabul, cuyos ciudadanos pudieron oír claramente explosiones y tiroteos en diversos puntos de la capital y ver a helicópteros militares sobrevolar la ciudad.