Al menos cien mil personas necesitan ayuda urgente en Filipinas

Filipinas

Una multitud espera paciente para recibir su ración de comida en una cancha de baloncesto en la devastada localidad de Makasandig. | Efe

| Cagayan de Oro, Filipinas |

Unas cien mil personas afectadas por la tormenta tropical ‘Washi', que ha causado 539 muertos en Filipinas, van a necesitar asistencia de algún tipo para poder reconstruir sus vidas, indicaron ayer las autoridades del país.

El director del Centro Nacional de Prevención y Respuesta a los Desastres, Benito Ramos, señaló que esta gente necesita urgentemente agua potable, pero luego precisará ayuda para salir adelante.

Las autoridades han comenzado la distribución de alimentos, bebida y ropa para unas 10.000 familias, cuando en los registros oficiales figuran 6.115 familias o 34.841 personas en 30 centros de acogida habilitados en las zonas afectadas.

Cruz Roja

El presidente de la Cruz Roja de Filipinas, Richard Gordon, tiene previsto viajar a la zona hoy, lunes, para conocer en personas las necesidades de los damnificados.

Las ciudades de Cagayan de Oro, con medio millón de habitantes, e Iligan, con 318.000, son las que más daños han sufrido.
«La prioridad es aliviar el sufrimiento humano», apuntó Gordon a la cadena ABS-CBN.

Las autoridades filipinas culpan en general a la población de la tragedia porque no se prepararon cuando se les avisó, aunque muchos ciudadanos acusan a la administración de haber tardado en dar la alerta.

La región afectada, el sur de Visayas y el norte de Mindanao, está apartada de la ruta habitual que siguen los tifones en el archipiélago y por eso muchos filipinos descuidaron las precauciones, en opiniones de Benito y Gordon, entre otros.
Hasta la fecha, han muerto 539 personas y otras 370 están dadas por desaparecidas. Además hay 106.476 personas afectadas, de las que 34.911 se encuentran en 30 centros de acogida, de acuerdo con el Consejo Nacional de Prevención y Respuesta a Desastres.

El Ejército tiene unos 20.000 efectivos en tareas de búsqueda en Cagayan de Oro e Iligan. Los esfuerzos principales se centran en hallar los desaparecidos y restablecer servicios básicos, como la luz y el agua.

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