El líder norcoreano, Kim Jong-il, murió el pasado sábado 17 a las 08.30 hora local (23.30 GMT del viernes) a causa de «fatiga física» que le provocó un infarto durante un viaje en tren, según un despacho de la cadena norcoreana recogido por la agencia surcoreana Yonhap.
Kim Jong-il, de 69 años, había sufrido una apoplejía en agosto de 2008 y desde entonces había numerosos rumores sobre su estado de salud.
Kim Jong-un, hijo menor de Kim Jong-il, es el «gran sucesor del sistema revolucionario» de Corea del Norte tras la muerte de su padre, según indicó hoy la agencia estatal de noticias del país comunista, KCNA.
«Tenemos que convertir esta tristeza en valentía bajo la dirección de Kim Jong-un y tenemos que luchar para que la gran revolución tenga éxito en estos momentos difíciles», según el despacho de la agencia, recogido por medios japoneses.
«El mando de Kim Jong-un es seguro y definitivo para cumplir la revolución y la brillante sucesión», concluye el despacho de la agencia norcoreana.
En septiembre de 2010, Kim Jong-un, tercer hijo de Kim Jong-il, fue nombrado general de cuatro estrellas y llamado a ocupar dos importantes cargos en el Partido de los Trabajadores, lo que lo perfiló como el sucesor de su padre.
Kim Jong-un, que nació en torno a 1983 de la tercera mujer de Kim Jong-il, había aparecido desde entonces en numerosas ocasiones junto a su padre en actos oficiales.
El hijo menor del líder norcoreano presidirá el funeral de su padre, que tendrá lugar el próximo día 28 en Pyongyang.
Según la agencia KCNA, los restos del «amado líder» serán depositados en el Palacio Memorial de Kumsusan, que alberga el cuerpo embalsamado del «gran líder» Kim Il-sung, y es uno de los principales puntos de visita de la hermética Corea del Norte.