El régimen sirio de Bachar al Asad anunció ayer una «amnistía general» para todos los detenidos durante la revuelta que no tengan delitos de sangre, una medida que despierta desconfianza en la oposición. En un nuevo gesto para calmar la presión de la comunidad internacional y, en especial de la Liga Árabe, Al Asad emitió un decreto en el que indulta a aquellas personas arrestadas desde que comenzaron las protestas el 15 de marzo del año pasado y hasta la fecha.
Según el comunicado gubernamental, Al Asad promulgó «el decreto legislativo número 10 de 2012 en el que acuerda una amnistía general a los crímenes vinculados a los últimos acontecimientos». El indulto incluye a los detenidos por violaciones de las leyes de manifestación pacífica, por posesión de armas y munición sin autorización y por «huida interior y exterior».
Segundo indulto
Sin embargo, aquellos acusados que se encuentren fugados de la justicia en la actualidad no podrán beneficiarse de esta medida de gracia a menos que se entreguen antes del 31 de enero. El último indulto de presos fue el pasado 5 de enero, cuando el Gobierno anunció la excarcelación de 552 detenidos.
Esta decisión no ha ido acompañada de un cese de la violencia en el país, en la que ayer murieron más de 25 personas, según los grupos opositores, pese a la presencia sobre el terreno de una misión de observadores árabes. La mayoría de las víctimas se registraron en la provincia central de Homs y la septentrional de Idleb, dos de los principales feudos de la oposición a Al Asad y de los militares desertores.