La matanza de 16 civiles afganos en la zona sur del país pudo ser provocada por el ataque de varios soldados norteamericanos, según han relatado varios testigos de la masacre. «El soldado actuó acompañado», aseguran. Un comunicado de la OTAN señalaba que el suceso lo protagonizó un soldado de Estados Unidos y que ya está detenido.
Estas mismas fuentes han precisado que los soldados entraron a las casas armados y, entre risas y aparentemente borrachos, dispararon contra las víctimas, entre las que se encontraban nueve niños.
El padre de uno de estos niños ha relatado cómo los soldados reunieron los cuerpos de los fallecidos, vertieron productos químicos y los prendieron fuego para evitar dejar pruebas. «Vi cómo mis familiares fueron asesinados, incluyendo a mis hijos y nietos», ha declarado Haji Samad, quien había salido de su casa antes del ataque.
«Ellos estaban todos borrachos», ha dicho Agha Lala, un vecino de la zona. «Las víctimas fueron acribilladas a balazos», puntualiza.
Acto intencionado
El presidente afgano, Hamid Karzai, ha condenado la matanza cometida en los alrededores de una base militar en la provincia de Kandahar, que ha calificado de «acto intencionado».
«Se trata de un acto intencionado para acabar con la vida de seres humanos», se denuncia en un comunicado enviado por la oficina de Karzai a la prensa y en el que se precisa que el atacante entró en las casas de las víctimas, que son nueve niños, tres mujeres y cinco hombres. «No lo vamos a olvidar», se advierte en el texto.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha declarado estar «profundamente entristecido» por la matanza de civiles en Afganistán a manos de uno o varios soldados estadounidenses. Obama ha dicho que el «trágico» suceso no representa el carácter de sus Fuerzas Armadas de EEUU.
Obama expresó su apoyo pleno a las investigaciones a las que se han comprometido el secretario de Defensa, Leon Panetta, y el general John Allen, comandante de las tropas estadounidenses en Afganistán.