Abdelkader Merah, fue imputado ayer de complicidad en los siete asesinatos confesados por su hermano Mohamed en la ciudad de Toulouse y la vecina localidad de Montauban, en el sur de Francia, crímenes en los que los investigadores no descartan la participación de otras personas.
Mohamed Merah, de 23 años y quien antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad confesó haber matado a tiros a tres militares y a tres niños y un profesor de un colegio judío, actuó en solitario, pero la Policía trata de determinar si se benefició de apoyo logístico, tanto en la comisión de los asesinatos como en la preparación de los mismos. En primera línea de la sospecha figura su hermano mayor Abdelkader, de 29 años, profundamente religioso y relacionado en el pasado con una red que enviaba a jóvenes a Afganistán.
Los cargos
La imputación se produce después de que la Policía le interrogara durante 96 horas, tras haber sido arrestado el pasado miércoles en el transcurso de la operación en la que Mohamed fue acorralado en su domicilio de Toulouse, donde fue abatido un día y medio más tarde. Abdelkader enfrenta cargos de «complicidad en asesinatos», «asociación de malhechores» y «robo», exactamente los mismos que había solicitado la Fiscalía.
«Las investigaciones llevadas a cabo por los servicios de policía han permitido establecer contra Abdelkader Merah la existencia de indicios graves o concordantes que hacen creíble su participación como cómplice en la comisión de crímenes ligados a una empresa terrorista», señaló el Ministerio Público. La Fiscalía investigará así si Abdelkader ayudó a su hermano a cometer cada uno de los siete asesinatos: un soldado en Toulouse el 11 de marzo, otros dos militares cuatro días después en la vecina Montauban y tres niños y un docente en una escuela judía el pasado lunes.
Según la página web del semanario «Le Point», el hermano mayor de Merah dijo en los interrogatorios que se sentía orgulloso de la forma en la que había actuado Mohamed.