El rey de España destacó ayer ante la presidenta de Brasil la determinación de España para superar la crisis «desde la solidez de sus instituciones» y la «excelencia» de su capital humano, y subrayó que el Gobierno español «está también acometiendo reformas de gran calado que no tardarán en dar fruto».
En el brindis del almuerzo que ofreció en su honor la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, el rey Juan Carlos recalcó asimismo que España trabaja con sus socios europeos para «estabilizar los mercados financieros, reducir los intereses de la deuda pública y fortalecer el proyecto del euro».
Líderes
En el primera visita de trabajo a otro país desde la llegada del PP al Gobierno, el rey acudió a Brasilia acompañado por una veintena de empresarios españoles, entre ellos los presidentes del Banco Santander, Repsol, Telefónica, Iberdrola, Indra e Iberia.
Abengoa, Elecnor, Gas Natural Fenosa, Isolux-Corsa, Talgo, Navantia, OHL e Islalink forman también parte de la delegación empresarial que acompaña al monarca, encabezada por el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, y en la que participa el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Manuel Teruel.
A esta nutrida delegación, que fuentes diplomáticas españolas consideran la más importante reunión de empresarios españoles en un viaje de estas características se refirió el rey en su discurso, al destacar que está formada por «líderes a nivel internacional en sus distintos sectores».
Sin aludir al contencioso con Argentina por la expropiación de YPF a Repsol, Juan Carlos I se dirigió a Rousseff para recalcar que los empresarios españoles «comparten una voluntad de permanencia y compromiso con Brasil», un país que «ha entendido bien que son las economías más abiertas y que mejor respetan el principio de seguridad jurídica las que más bienestar ofrecen a sus ciudadanos».
Por su parte la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, defendió «la adopción de políticas de estímulo al crecimiento como medio para salir de la crisis».
Rousseff afirmó que la búsqueda del equilibrio de las cuentas públicas «no es incompatible» con las políticas de estímulo a la creación de empleo y de promoción de la justicia social y la erradicación de la pobreza.
«No solo no hay incompatibilidad, sino que es necesario impulsar el crecimiento para que el ajuste no se haga en detrimento de los pueblos de los países europeos y del mundo», dijo Rousseff en un discurso durante el almuerzo ofrecido al monarca español en el Palacio Itamaraty, al que asistieron los principales ejecutivos de grandes compañías españolas.