El enviado de la ONU y la Liga Arabe para Siria, Kofi Annan, ha atribuido a la falta de esfuerzos de la comunidad internacional y a los escasos avances logrados en el seno del Consejo de Seguridad durante los últimos meses su dimisión del cargo, anunciada este jueves y que se hará efectiva cuando expire su mandato a finales de mes.
Annan ha lamentado en un artículo publicado por el periódico 'Financial Times' la actual situación que se vive en Siria, que se encamina a una «guerra civil» por los incesantes combates entre las fuerzas leales al Gobierno de Bashar al Assad y los rebeldes opositores.
En este escenario, y pese al riesgo de que «miles de personas» pueden morir si la crisis no se resuelve, el proceso de resolución del conflicto se encuentra en una situación de «estancamiento», la misma en la que también está el Consejo de Seguridad de la ONU, el principal órgano de toma de decisiones de la organización internacional.
Annan ha explicado que desde su nombramiento ha tratado de «buscar la ayuda de la comunidad internacional para colaborar y poner fin a la dinámica destructiva» en la que había entrado Siria. El objetivo es que ambas partes, Gobierno y oposición, puedan comprometerse en un «proceso político» que resuelva las aspiraciones de la población e impida nuevas muertes.
Plan de paz
El mediador internacional propuso con este fin un plan de paz de seis puntos que contemplaba la aplicación de un alto el fuego desde mediados de abril. La tregua funcionó en un primer momento y el Gobierno cesó los bombardeos, según Annan, pero «el apoyo internacional no continuó» y el régimen de Al Assad terminó por entender que «no habría ninguna consecuencia si retomaba su campaña militar».
«Busqué revitalizar la unidad en junio creando el Grupo de Acción para Siria, estableciendo un marco para una transición con la que apoyar los esfuerzos de los sirios y avanzar hacia la creación de un Gobierno de transición con plenos poderes ejecutivos», ha añadido el antiguo secretario general de la ONU.
Tras la reunión, Annan creía que el Consejo de Seguridad se sumaría a dicha propuesta pero, desde entonces, «no ha habido avances». El mediador internacional ha lamentado que, en lugar de nuevos gestos, los países miembros del Consejo han entrado en un juego de cruce de acusaciones.
Esfuerzos colectivos
«La acción conjunta requiere de esfuerzos bilaterales y colectivos por parte de todos los países con influencia sobre las partes en Siria», ha añadido el enviado especial, que acto seguido ha calificado de «esencial» el logro de una solución política.
En este escenario, Rusia, China e Irán deben aprovechar su condición de aliados del Gobierno sirio para presionarle y promover «que cambie el rumbo y abrace la transición política». Annan ha reiterado que la Administración de Al Assad ha perdido «toda su legitimidad» para seguir en el poder y ha advertido de que un primer paso por su clave es «vital» para el fin del conflicto.
Annan también se ha dirigido a Estados Unidos, Reino Unido, Turquía, Arabia Saudí y Qatar para que insten a la oposición a sumarse a un «proceso político inclusivo». «Esto significa reconocer que el futuro de Siria recae más allá del futuro de un solo hombre», ha apostillado el enviado de la ONU y la Liga Arabe, en alusión a Al Assad.
«Siria aún puede salvarse»
«Está claro que el presidente Al Assad debe dejar el cargo. Sin embargo, debe ponerse el mayor foco en las medidas y estructuras para asegurar una transición pacífica a largo plazo y evitar un colapso caótico», ha añadido Annan en su texto, en el que ha recordado que la comunidad internacional tiene también parte de responsabilidad de lo que ocurra en Siria.
«Siria aún puede salvarse de la peor calamidad, pero hace falta valentía y liderazgo, principalmente de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad», ha agregado Annan. «*Es la nuestra una comunidad internacional que actuará en defensa de los más vulnerables del mundo y hará lo necesario para ayudarles? Las próximas semanas lo dirán», se pregunta.