El presidente de Haití, Michel Martelly, anunció ayer, cuando se conmemoran tres años del devastador terremoto que causó más de 300.000 muertos, un ambicioso plan para la reforestación y la gestión territorial, que permitirá la creación de 30.000 puestos de trabajo.
La iniciativa busca poner fin a las repetidas inundaciones, así como a la erosión, transporte y acumulación de sedimentos, que constantemente ponen en peligro vidas, bienes e infraestructuras en Haití, según una nota oficial.
Para enfrentar la situación, el Gobierno de Martelly, que declaró 2013 Año del Medio Ambiente, pondrá en marcha el plan de reforestación y gestión territorial con el objetivo de aumentar el manto vegetal y gestionar de manera integrada los recursos naturales para reducir la vulnerabilidad del medio ambiente.
Bosques comunales
Este año el Gobierno prevé la creación de bosques comunales para aumentar entre 2013 y 2020 la cobertura forestal un 27% y reducir la erosión por escorrentía en las cuencas hidrográficas, y centros de propagación de plantas en los 10 departamentos del país para lograr una capacidad de producción de 50 millones de plantas.
Según los cálculos oficiales, la reforestación, la protección de las ciudades a través de estructuras de retención de inundaciones, la gestión del suelo, la conservación del agua y la planificación de la transformación de los barrios pobres permitirá, además, la creación de 30.000 puestos de trabajo.
El territorio de Haití, que recibe un promedio de tres ciclones de alta intensidad cada año, es principalmente montañoso, con más de la mitad de los terrenos con pendientes.
Para el actual Gobierno, prevenir por tanto estas amenazas es un imperativo moral. Esto implica «cambios drásticos en el modo de administración y el modo de uso de nuestros recursos naturales», dijo Martellly, y agregó que «a corto y medio plazo, es necesario y urgente reconsiderar los modelos actuales que justifican la explotación de nuestros recursos más allá de su capacidad de regeneración».