«Beatriz», la joven salvadoreña que padece lupus y una enfermedad renal y a la que el Tribunal Supremo le denegó el aborto, dio a luz hoy a una niña por cesárea, pero la bebé, que era anencefálica (no tenía cerebro), murió horas después, informó la organización proaborto que la ha acompañado.
A «Beatriz», nombre ficticio, «ya la operaron, fue una operación limpia», dijo la presidenta de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, Terapéutico, Ético y Eugenésico, Morena Herrera, quien comentó que la joven «está recuperándose».
Añadió que la bebé «nació viva, era del sexo femenino, pero sin cerebro», tal y como se había detectado en los exámenes previos, y falleció entre tres y cinco horas después.
La joven, de 22 años, fue operada por médicos del estatal Hospital de Maternidad de San Salvador, donde se encuentra desde hace varias semanas.
El aborto en todas sus formas es penalizado por la legislación salvadoreña desde 1998.
Herrera dijo que su organización, que ha respaldado a «Beatriz» en su petición de abortar, espera que «ella se recupere bien» y pueda volver a su hogar.
La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia salvadoreña denegó el 28 de mayo pasado a «Beatriz» el recurso de amparo que presentó el 11 de abril para interrumpir su embarazo porque padece lupus y una enfermedad renal, y su bebé, además, no tenía cerebro.
Sin embargo, el 29 de mayo la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Costa Rica, dictó medidas provisionales a favor de la joven y pidió al Estado salvadoreño que tomara medidas para proteger su salud y se le practicara un aborto terapéutico.
El Ministerio de Salud determinó posteriormente que «Beatriz» podía ser sometida a un «parto inducido» porque ya había superado las 20 semanas de embarazo y, por tanto, también el período de un aborto.
El caso de «Beatriz», una joven de origen humilde que llegó al hospital incluso con problemas nutricionales, reavivó el debate entre grupos provida y proaborto en El Salvador.