El Gobierno boliviano calificó hoy como un acto de «prepotencia» imperial la negativa de varios países europeos a dejar aterrizar o sobrevolar su territorio al avión del presidente de Bolivia, Evo Morales, en el que se sospechaba que podía viajar el ex analista de la CIA Edward Snowden.
«El presidente boliviano ha sido secuestrado hoy por el imperialismo», afirmó el vicepresidente de Bolivia, Alvaro Linera.
Al frente de todo el gabinete de ministros en La Paz, Linera afirmó que «no puede haber impunidad con este atisbo de colonialismo» y que Morales «no es ningún delincuente».
La negativa de varios países europeos a dejar aterrizar o sobrevolar su territorio al avión del presidente de Bolivia, Evo Morales, desató este martes una crisis diplomática ante las «infundadas sospechas», como las calificó el Gobierno boliviano, de que el ex analista de la CIA Edward Snowden viajara en la aeronave presidencial.
Morales regresaba a Bolivia procedente de una cumbre en Moscú cuando su avión recibió el aviso de que se le denegaba el paso por el espacio aéreo de Francia y una escala técnica para repostar en Portugal, por lo que hubo de desviarse y aterrizar de emergencia en Viena.
Poco después, Italia también se sumó a la prohibición, si bien Francia revocó la suya.
Finalmente, ha sido España el país en el que el avión de Morales ha repostado, ya que ha aterrizado en el Aeropuerto de Gando (Gran Canaria) para realizar una escala técnica y poder repostar para seguir su trayecto rumbo sudamérica.
El avión ha permanecido hasta las 16.45, cuando ha abandonado el aeródromo rumbo a La Paz.
Indignación en Bolivia
Desde La Paz, el ministro de Exteriores boliviano, David Choquehuanca, fue el primero en denunciar lo ocurrido y en recalcar la indignación de su Gobierno por lo sucedido, que a su juicio puso en peligro la vida del presidente.
Choquehuanca negó tajantemente que Snowden viajara en el avión de Morales, quien también desde Viena rechazó, en declaraciones a Efe, que el extécnico estadounidense fuera a bordo de su aeronave, y dijo no saber nada del asunto.
«Jamás lo vimos (en Moscú)» y «para nada» Snowden fue tema de conversaciones con las autoridades rusas, aseguró el mandatario.
Morales insistió en que no tiene «nada que ver» con este asunto y afirmó que hasta hoy mismo ni siquiera sabía bien quién es el extécnico de la CIA, cuyas revelaciones están poniendo en aprietos al gobierno de Estados Unidos.
«Ni sabía cómo se llama con nombre completo, cómo se llama esa persona, no sabía; había oído que había un problema con Estados Unidos», manifestó Morales en una sala VIP del aeropuerto de Viena.
Rechazo de todo el bloque bolivariano
El Gobierno de Bolivia ha culpado directamente de lo sucedido a Estados Unidos, a cuyo Gobierno acusa de orquestar lo sucedido «utilizando a algunos países europeos», según dijo el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, quien acompaña a Morales en el viaje.
En una rueda de prensa en el aeropuerto de la capital austríaca, Saavedra anunció que Bolivia acudirá a «los foros internacionales» para denunciar a los gobiernos que «han vulnerado las normas de derecho de tránsito aéreo».
Además, la Cancillería boliviana avanzó que llamará a consultas a los embajadores de Francia y Portugal en La Paz.
Bolivia es uno de los 21 países a los que, según la página de Wikileaks, Snowden habría pedido asilo, aunque el Ejecutivo de este país andino aseguró el martes que no ha recibido ninguna solicitud.
Sin embargo, en una entrevista concedida esta semana a un canal de televisión ruso, Morales afirmó que estaría abierto a «debatir, a analizar» el asunto si se produjese la solicitud.
Varios países del bloque bolivariano, entre ellos Venezuela, Ecuador y Nicaragua, expresaron de inmediato su rechazo a lo sucedido con el avión de Morales.
Ecuador anunció que pedirá una reunión extraordinaria de ministros de Exteriores de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para analizar «tamaña ofensa», una petición a la que se sumó Bolivia a través de su ministra de Comunicación, Amanda Dávila.
En un mensaje a través de su cuenta de Twitter, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, se solidarizó con Morales y advirtió de que «lo que es con Bolivia, es con todos».
El Gobierno de Venezuela calificó los hechos como «una agresión grosera y brutal», mientras el de Nicaragua habló de «barbarie».