Dos atentados suicidas consecutivos perpetrados este domingo en la Iglesia de Todos los Santos de Peshawar (en el norte de Pakistán) han dejado al menos 78 muertos y alrededor de 110 heridos, según el último balance proporcionado por fuentes policiales.
Los atentados se han producido con una diferencia de treinta segundos. Los dos terroristas, armados cada uno con seis kilos de explosivos -según las últimas informaciones policiales- se aproximaron a la iglesia cuando los más de 500 feligreses congregados abandonaban el culto.
«El ataque tuvo lugar al término de la misa», indicó el jefe de Policía Mohammad Ali Babakhel al diario 'Dawn'. Los dos terroristas primero abrieron fuego contra los guardias de seguridad que vigilaban la iglesia, matando a uno e hiriendo a otro.
Después, uno de los asaltantes se enzarzó en una pelea con los feligreses y luego detonó la bomba cuando fue rodeado por la Policía. La segunda explosión tuvo lugar en el interior de la iglesia».
El atentado tiene una gran carga simbólica para los residentes de la ciudad porque la iglesia de Todos los Santos es un lugar que representa la armonía interreligiosa (su exterior es similar al de una mezquita). Tras las explosiones, decenas de personas salieron a las calles para protestar contra la Policía por su incapacidad para impedir los atentados.
Tanto el primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, como el presidente Mamnoon Hussein, han condenado enérgicamente el atentado; repulsa a la que se han sumado otras autoridades provinciales.