La carrera para las elecciones presidenciales de 2015 en Argentina se dio ayer por comenzada al surgir un nuevo mapa político en el país tras el fuerte revés del oficialismo en las legislativas del domingo, aunque mantuvo la mayoría de las cámaras.
Escrutado el 97 % de los votos, el gubernamental Frente para la Victoria (FpV) obtiene el 33 % y conserva un ajustado el control de la Cámara de Diputados y el Senado, aunque pierde en los cinco distritos electorales más importantes.
Buenos Aires
En la provincia de Buenos Aires, la más poblada, el oficialismo logró el 32,1 %, casi doce puntos por debajo del ganador, Sergio Massa, del Frente Renovador.
Asimismo, impulsado por los buenos resultados de su partido en la capital, el 34,46 %, el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, líder de la opositora Propuesta Republicana (Pro, conservadora), confirmó sus aspiraciones presidenciales al frente de un equipo «nuevo», que no incluiría a quienes «hayan formado parte de algún gabinete nacional».
«Todos los que estuvieron (en algún gobierno) ya tuvieron su oportunidad, hoy es tiempo de otra gente. En nuestra lista vamos a tener candidatos que no hayan participado en gabinetes durante las últimas décadas. Apuntamos a una verdadera renovación».
Se refería claramente a Sergio Massa, que fue jefe de Gabinete de la presidenta argentina, Cristina Fernández, y es alcalde de Tigre, y quien, liderando la lista del Frente Renovador (FR) arrasó en la provincia de Buenos Aires, con cerca del 44 % del sufragio.
Massa eludió anunciar su candidatura a las presidenciales de 2015 para no «faltar al respeto», dijo, a la ciudadanía, aunque horas antes había dejado caer que estaría dispuesto a «cruzar la frontera (de la provincia de Buenos Aires) y recorrer el país».