El primer ministro ucraniano, Nikolai Azárov, advirtió ayer de que las protestas de los últimos días en Kiev a favor de una asociación con la UE han pasado de ser «multitudinarias» a estar «descontroladas» y tienen «todos los signos de un golpe de Estado».
En una reunión con embajadores de la UE, EEUU y Canadá Azárov aseguró que «el Gobierno tiene información de que se está preparando el asalto al edificio del Parlamento».
«Por un lado, no les quitamos la responsabilidad a las fuerzas de seguridad, pero, por otro, los políticos que se han sumado a estas acciones han radicalizado la situación», aseguró el jefe del Gobierno.
No permisividad
El primer ministro denunció que los líderes opositores «dirigen a la gente a asaltar los edificios oficiales, a bloquear el trabajo de las instituciones y dan ultimátum» y subrayó que «esto tiene todos los signos de un golpe de Estado. Esto es muy grave». Agregó que, aunque el Gobierno está mostrando paciencia, no quiere dar sensación de permisividad.
También informó de que el jefe de la policía de Kiev, Valeri Koriak, ha sido destituido por el violento desalojo en la madrugada del sábado de los manifestantes acampados en la Plaza de la Independencia.
Aunque a primera hora de la mañana de ayer los opositores bloquearon todos los accesos a la sede del Gobierno ucraniano, por lo que los funcionarios no pudieron llegar a sus oficinas, por la noche la situación en el lugar era de calma.
Según la agencia Interfax Ucrania, los manifestantes levantaron el piquete en torno al edificio del Gobierno y apenas quedaron unos 50 activistas en las cercanías.