Los ministros del G20 dieron este viernes un paso al frente en la lucha contra la evasión fiscal, especialmente por parte de las grandes multinacionales, al acordar la «histórica» adopción de las medidas para combatir la Erosión de la Base de Imposición y la Transferencia de Beneficios (BEPS en inglés).
En rueda de prensa en el marco de la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) que se celebra esta semana en Lima, el viceprimer ministro de Turquía, Cevdet Yilmaz, que ocupa la presidencia rotatoria del G20 este año, calificó el pacto alcanzado como «histórico» y destacó que encaraba «de manera integral un conjunto sustancial de problemas» en materia de evasión fiscal.
De acuerdo a los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), encargada de redactar el texto, este tipo de estrategias por parte de las grandes compañías multinacionales resta entre 100.000 y 240.000 millones de dólares anuales en recaudación de impuestos.
«El G20 ha reconocido que la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios está menoscabando también la confianza de los ciudadanos en la equidad de los sistemas fiscales de todo el mundo, que ha sido la razón por la que se nos solicitó preparar las modificaciones de la normativa fiscal internacional más importantes de casi un siglo», subrayó Ángel Gurría, secretario general de la OCDE.
Las nuevas normas busca alinear la fiscalidad con el lugar donde se produce la actividad económica real de una empresa, y evitar así que las grandes compañías escojan su sede con el objetivo de reducir el pago de impuesto de sociedades.
En los últimos años, los gobiernos y ciudadanos habían expresado su preocupación por el hecho de multinacionales como Apple, McDonald's o Microsoft, entre otras, apenas realizasen contribuciones fiscales en los países en los que se habían asentado.
Gurría reconoció, no obstante, que la efectividad del sistema BEPS dependerá de una tríada de elementos: «Implementación, implementación, implementación».
Esta propuesta, respaldada por los ministros del grupo, será enviada a los jefes de estado de las 20 primeras economías mundiales para su ratificación en la cumbre de noviembre en Turquía.
En la inusual rueda de prensa en la que estuvieron presentes casi todos los integrantes del grupo, el secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray, alabó el acuerdo como «el mayor progreso realizado en este sentido en años».
Por su parte, George Osborne, ministro británico de Economía, destacó que «un gran compromiso internacional ha llevado a alcanzar un acuerdo internacional», que desde ahora es «una realidad».
Mediante este pacto, basado en unas reglas de intercambio automático de información financiera, se registrarán a partir de 2016 los datos de todas las nuevas cuentas bancarias y comenzarán a compartirse de forma rutinaria desde septiembre de 2017.
Entre los datos que se compartirán están incluidos los saldos, los intereses aplicados, los dividendos, los beneficios procedentes de productos financieros y los números de identificación fiscal.
Asimismo, el secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, se mostró «orgulloso» de haber liderado el esfuerzo conjunto y subrayó la importancia de asegurar que estos «regímenes fiscales justos y eficientes (...) no desalienten la inversión extranjera directa y el crecimiento global».
Al cierre del año, Turquía entregará la presidencia rotatoria del G20, que estará al frente del grupo durante 2016.