Unos novios de Sacramento (California) cambiaron en último momento de opinión y anularon su boda. Los padres de la novia llamaron al hotel donde iba a realizarse el banquete, pero los organizadores le informaron que era demasiado tarde y debería abonar el precio completo del festín.
La familia tomó la decisión de invitar a comer al Hotel Citizen, uno de los mejores de la ciudad, a personas sin hogar de la ciudad.
«Aunque mi marido y yo estábamos muy tristes por nuestra hija, era conmovedor ver a tanta gente disfrutar de la comida», afirma Kari Duane, madre de la novia.
«Hay que ser muy amable para perder algo tan importante para ti y dárselo a otras personas», dice Erika Craycraft, una madre que acudió a la invitación con su marido y sus cinco hijos.