El revuelo generado por un numeroso grupo de bañistas de la playa de Santa Teresita, en Buenos Aires (Argentina), costó la vida a una cría de delfín.
Al parecer, la expectación y la intención de decenas de personas de hacerse fotografías y selfis con el animal como protagonista acabó en la muerte por deshidratación del pequeño mamífero marino, según denunció la fundación conservacionista Vida Silvestre.
Según explican, los delfines de la especie franciscana solo habitan las aguas de aquellas latitudes, y a diferencia de otros parientes cercanos, tienen la piel muy gruesa para soportar las frías temperaturas del océano.
Por ello sufren una rápida deshidratación que puede acabar en un trágico desenlace cuando los extraen del agua.
Se trata de una especie relativamente pequeña y que además se encuentra en peligro de extinción. Por este motivo los expertos piden que cuando se localice algún ejemplar como el hallado en la playa porteña sea devuelto inmediatamente mar adentro, porque «cada franciscana cuenta».
La noticia y las respectivas imágenes fueron difundidas por un buen número de medios de comunicación argentinos, y también españoles.
En clave local, el Centre Oceanogràfic de Balears, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía, también se hizo eco del suceso, calificándolo de «intolerable» y recordando que esta clase de delfín consta como vulnerable en la lista roja de la International Union for the Conservation of Nature (IUCN).