El niño de poco más de 2 años que a principios de año fue encontrado deambulando desnudo por las calles de Nigeria por la fundadora de una ONG danesa, Anja Ringgren Loven, ha experimentado un cambio espectacular desde aquella primera imagen que dio la vuelta al mundo.
Su familia había decidido abandonarle creyendo que era un brujo, un extraño motivo en la sociedad occidental pero algo habitual en el país africano, en los que incluso son «son torturados, asesinados y amenazados» como indicaba Loven en su Facebook.
Anja decidió llevar al pequeño que estaba en un evidente estado de desnutrición al hospital, donde fue desparasitado y tratado, requiriendo una transfusión diaria por su delicado estado de salud.
También pidió ayuda en las redes consiguiendo recaudar el suficiente dinero para: «además de dar a Hope el mejor tratamiento, también construiremos una clínica para salvar a más niños de la tortura», según indicaba Loven.
El milagroso proceso de recuperación de Hope, que significa esperazanza, ha sido retratado y publicado por la danesa en su Facebook, quien ha informado que: «su situación es estable por ahora. Ya toma solo los alimentos y responde a la medicación, ya puede sentarse y sonreír; es un chico fuerte».