Rusia y Estados Unidos han acordado pasar del intercambio de información a la coordinación de sus acciones en la lucha antiterrorista en Siria, aseguró este martes el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
«Hemos acordado con nuestros colegas estadounidenses, superando sus reticencias e incluso oposición, a pasar del intercambio de información a la coordinación de las acciones en la lucha contra el terrorismo. El plan concreto lo están estudiando ahora nuestros ministerios de Defensa», dijo Lavrov a la prensa rusa en Taskent.
Moscú, agregó el titular de la diplomacia rusa, está dispuesta a coordinar con Washington una operación militar conjunta para liberar la ciudad siria de Raqqa, cuartel general del grupo terrorista Dáesh en el país árabe.
El anuncio lo hizo después de que un portavoz del Partido Unión Democrática kurdo sirio anunciara a medios rusos que esa operación ya está acordada y se pondrá en marcha en poco tiempo.
«Raqqa es uno de los objetivos de la operación antiterrorista, al igual que Mosul en Irak. Estamos seguros de que podrían liberarse de forma más rápida y efectiva si nuestros militares (de Rusia y EEUU) coordinan con mayor antelación sus acciones. Ahora hay una posibilidad de que se de esa coordinación», apuntó Lavrov.
La aviación de los dos países y sus aliados, recalcó, «debe trabajar de forma sincronizada y coordinada para ayudar a hacer frente a los terroristas a aquellos que están en tierra, que son en primer lugar las fuerzas armadas de Siria y los distintos grupos de las milicias kurdas».
El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, ha propuesto a Estados Unidos bombardear conjuntamente las posiciones de los yihadistas en Siria a partir de mañana, 25 de mayo.
Al mismo tiempo, advirtió de que Moscú se reserva el derecho a lanzar una ofensiva «unilateral» contra los grupos terroristas que no acaten la tregua en vigor en el país árabe desde finales de febrero pasado.
Rusia lleva varias semanas insistiendo en que los grupos rebeldes concentrados en torno a Alepo abandonen esas posiciones para permitir que el Ejército sirio puede atacar a los yihadistas que se han hecho fuertes en la segunda ciudad siria.
Washington, sin embargo, respondió enseguida con una negativa tajante a cualquier colaboración militar con Rusia en Siria, tras argumentar que Moscú presta apoyo al régimen del presidente sirio Bachar al Asad.