Las dos Coreas han llegado este miércoles a un acuerdo para desfilar juntos bajo la bandera de «una Corea unida» en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebrarán entre el 9 y el 25 de febrero en la localidad surcoreana de PyeongChang, como parte del acercamiento entre Seúl y Pyongyang.
Los países vecinos se han vuelto a reunir este miércoles en la localidad fronteriza de Panmunjom para acordar los detalles de la participación de Pyongyang en este evento deportivo, dando continuidad así al encuentro del 9 de enero, el primero entre ambos países desde hace dos años.
Entre los acuerdos alcanzados este miércoles, han decidido desfilar juntos, competir con un equipo conjunto de hockey femenino y que Corea del Norte envíe 230 animadores y 30 taekwondistas para una exhibición deportiva en el marco de estos Juegos Olímpicos.
Además, organizarán un evento cultural en el Monte Kumgang, en la costa norcoreana, y harán un entrenamiento conjunto de ski en el resort de Masikryong, también en Corea del Norte, según ha informado la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
La posibilidad de cooperación entre las dos Coreas surgió a raíz del discurso que el líder norcoreano, Kim Jong Un, pronunció en Año Nuevo, en el que ofreció un acercamiento bilateral. El presidente surcoreano, Moon Jae In, ha confiado en que los Juegos Olímpicos den una nueva oportunidad al diálogo de paz.
Las negociaciones a seis bandas para la desnuclearización de la península de Corea se suspendieron en 2009 y desde entonces ha habido varias iniciativas para reactivarlas pero ninguna ha prosperado. Los contactos den Panmunjom son la mejor oportunidad en años.
Estos cara a cara han puesto freno a la escalada de tensión de los últimos años por las incesantes pruebas nucleares y de misiles balísticos realizadas por el régimen de Kim Jong Un. En respuesta, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y algunos países han aumentado las sanciones contra Pyongyang.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha atribuido la actual distensión a la «firme» postura que ha mantenido. El magnate norteamericano dijo que respondería con «furia y fuego» a un eventual ataque, después de que Kim amenazara con atacar el territorio estadounidense en la isla de Guam, en el océano Pacífico.