El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y varios congresistas republicanos han criticado duramente al Partido Demócrata, al que han responsabilizado del cierre del Gobierno por la falta de aprobación de los presupuestos en el Congreso, y han advertido de que no negociarán sobre inmigración hasta que los demócratas ayuden a poner fin a la paralización del Gobierno.
La financiación de las agencias federales se terminó en la medianoche sin un acuerdo en el Congreso, lo que significa que el segundo año de mandato de Trump empezó sin un Gobierno completamente funcional. Los legisladores no lograron resolver una disputa por la exigencia de los demócratas de que cualquier legislación de gastos a corto plazo incluya protecciones para inmigrantes jóvenes indocumentados.
A los trabajadores del Gobierno estadounidense se les ha ordenado que se queden en sus casas o, en algunos casos, que trabajen sin remuneración hasta que se apruebe la financiación, en la que supone la primera paralización del Gobierno federal desde un problema de financiamiento de 16 días en octubre de 2013.
El viaje de Trump y algunos miembros del gabinete al Foro Económico en Davos, Suiza, está ahora en cuestión, ha revelado el director de presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, y la situación se está evaluando día a día.
Los parques, monumentos al aire libre y Museos Smithsonianos han abierto este sábado coincidiendo con la Marcha de las Mujeres, pero los visitantes fueron retirados de la Campana de la Libertad de Filadelfia y de la Estatua de la Libertad en Nueva York.
El Senado y la Cámara de Representantes, controlados por los republicanos, han celebrado sesiones extraordinarias este sábado para intentar resolver una crisis política que podría tener un impacto en las elecciones legislativas de noviembre.
Republicanos y demócratas se culpan mutuamente. Los demócratas han insistido en su disposición a lograr acuerdos, pero acusan a los republicanos de dar marcha atrás en pactos ya cerrados. Los republicanos se cierran en banda con la inmigración.
"El presidente no negociará sobre una reforma migratoria hasta que los demócratas dejen de jugar y reabran el Gobierno", ha apuntado la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Los republicanos han planteado renovar la financiación del Gobierno hasta el 8 de febrero para poner fin a la paralización mientras se trabajaba para resolver otros asuntos, como el gasto en inmigración, en defensa y en otras áreas, ayuda en caso de desastres y temas de salud.
El senador republicano Jeff Flake ha explicado que se podría realizar una votación el sábado o domingo sobre ese proyecto de financiación de tres semanas.
Los demócratas han insistido en que cualquier proyecto de ley para renovar la financiación del Gobierno debe incluir protecciones para unos 700.000 jóvenes inmigrantes indocumentados que fueron llevados a Estados Unidos ilegalmente siendo niños, los "Dreamers".
"Los demócratas están muchos más preocupados por los inmigrantes ilegales que por nuestro gran Ejército o por la seguridad en nuestra peligrosa frontera sur", ha reprochado Trump en Twitter. "Podrían haber llegado fácilmente a un acuerdo pero en lugar de eso decidieron jugar a la política de la paralización", ha apostillado.