El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha avisado este sábado de que la crisis del coronavirus «no tiene final a la vista» y que los efectos de la pandemia que la población global lleva sufriendo desde hace meses tardarán «décadas» en desaparecer, según recoge Europa Press.
«La pandemia es una crisis de salud que ocurre una vez en un siglo, cuyos efectos se sentirán en las próximas décadas», ha manifestado el director general durante el principio de la reunión este pasado viernes del comité sobre el Reglamento Sanitario Internacional, cuyas conclusiones ha publicado este sábado la agencia sanitaria de la ONU.
Después de una discusión y revisión completa de las pruebas, el Comité «acordó por unanimidad» que el brote todavía constituye una 'emergencia de salud pública de interés internacional' (o PHEIC por sus siglas en inglés).
«Muchos países que creían que habían pasado lo peor ahora están lidiando con nuevos brotes. Algunos que se vieron menos afectados en las primeras semanas ahora están viendo un número creciente de casos y muertes», ha recordado el doctor.
La pandemia de coronavirus ha superado ya los 17,6 millones de personas contagiadas, incluidas cerca de 680.000 víctimas mortales, en 188 países de todo el mundo, siendo Estados Unidos, Brasil e India los más afectados, según el balance proporcionado por la Universidad Johns Hopkins.
Este 1 de agosto, el saldo global de la COVID-19 es de 17.600.740 personas contagiadas, incluidas 679.600 fallecidas, frente a los 17,3 millones de positivos y 673.000 decesos del viernes.
Estados Unidos se mantiene como el país más castigado por el virus, con 4.562.171 casos y 153.314 muertos, seguido de Brasil, con 2.662.485 infectados y 92.475 decesos, y de India, que cuenta 1.695.988 contagios y 36.511 fallecidos.
Por todo ello, el comité ha recomendado a la OMS que «continúe movilizando organizaciones y socios multilaterales» regionales y globales para la preparación y respuesta de la COVID-19» y que apoye a los Estados Miembros en el mantenimiento de los servicios de salud, al tiempo que acelera la investigación y el acceso a diagnósticos, terapias y posibles vacunas».