Dos niños, de 7 y 4 años, y un bebé de tres meses y medio, que habían desaparecido y la policía intentaba localizar junto a su madre, fueron encontrados muertos la pasada noche en la orilla de la playa de Coney Island, en Nueva York (EE.UU.), mientras que ella fue encontrada viva en otro lugar de la playa, empapada y descalza y, a pesar de informaciones que alertaban de que podría haber provocado daños a los menores, «no está detenida», puntualizó un portavoz policial en declaraciones recogidas por Efe.
Según informó la policía neoyorquina, por el momento se desconocen las razones que condujeron a su muerte. Los niños y el bebé habían desaparecido horas antes con su madre y la policía había activado sus alertas cuando recibió una llamada de una persona a la 1.40 de la madrugada (5.40 GMT) diciendo que tenía sospechas de que la mujer -familiar suya de unos 30 años de edad- podría haber dañado a sus hijos. Más tarde, el padre de los tres niños, también interrogado, les dijo que creía que la madre los había llevado a Coney Island.
La búsqueda duró una hora y media hasta que la mujer apareció en la playa, empapada de agua y descalza, pero no dio ninguna información sobre el paradero de sus tres hijos. Fue mucho más tarde, en torno a la 4.40 de la madrugada, cuando aparecieron los cadáveres de los tres niños en otro lugar lejos de allí, y aunque la policía practicó las maniobras de reanimación de rigor, no pudo hacer nada por ellos.
Se desconoce la nacionalidad de la mujer y los niños, así como cualquier otro detalle, por lo que la policía ha pedido la colaboración ciudadana de quien haya podido ver u oír algo, asegurando confidencialidad a quien proporcione alguna información que ayude a esclarecer los hechos.