El Papa Francisco ha advertido de que quienes trabajan «sistemáticamente» para «repeler» a los migrantes, cometen «un grave pecado». Así lo ha avisado este miércoles en su audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro.
«Hay que decirlo claramente: hay quienes trabajan sistemáticamente y por todos los medios para repeler a los migrantes, para repeler a los migrantes. Y esto, cuando se hace a conciencia y con responsabilidad, es un grave pecado», ha subrayado.
Francisco ha pospuesto su catequesis habitual para reflexionar sobre las personas migrantes que «están atravesando mares y desiertos para llegar a una tierra donde puedan vivir en paz y seguridad».
En este sentido, ha recordado que ha hablado muchas veces del Mediterráneo, porque es emblemático, «el 'mare nostrum', lugar de comunicación entre pueblos y civilizaciones» pero ha lamentado que «se ha convertido en un cementerio» y ha añadido que «la tragedia es que muchos, la mayoría de estos muertos, podrían haberse salvado».
También ha recordado que algunos desiertos, por desgracia, se convierten en «cementerios de migrantes». «Todos conocemos la foto de la mujer y de la hija de Pato, muertas de hambre y de sed en el desierto. En la era de los satélites y de los drones, hay hombres, mujeres y niños migrantes que nadie debe ver: les esconden. Solo Dios los ve y escucha su clamor. Y esta es una crueldad de nuestra civilización», ha insistido.
Ante esta situación, el Pontífice ha avisado de que no se va a resolver mediante «leyes más restrictivas» ni con «la militarización de las fronteras» ni mediante «rechazos» sino «ampliando las rutas de acceso seguras y las vías de acceso legales para los migrantes, facilitando el refugio a quienes huyen de la guerra, de la violencia, de la persecución y de tantas calamidades».
«Lo conseguiremos fomentando por todos los medios una gobernanza mundial de la migración basada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad. Y aunando esfuerzos para combatir el tráfico de seres humanos, para detener a los traficantes criminales que se aprovechan sin piedad de la miseria ajena», ha subrayado.
Asimismo, el Papa ha elogiado a las «muchas buenas personas» que «hacen todo lo posible para rescatar y salvar a los migrantes heridos y abandonados en las rutas» y a muchas asociaciones como Mediterranea Saving Humans (que acaba de concluir, en colaboración con la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana, su operación de búsqueda y rescate en el mar).