La Fundación Gregorio Ordóñez rindió ayer homenaje a la asociación Dignidad y Justicia por «su infatigable constancia y labor en defensa de las víctimas del terrorismo», en un acto celebrado en San Sebastián coincidiendo con el quince aniversario de la muerte del concejal del PP en la capital guipuzcoana, Gregorio Ordóñez, quien fue asesinado por ETA el 23 de enero de 1995.
La entrega del galardón tuvo lugar en el Palacio del Kursaal, en un acto al que acudieron responsables políticos e institucionales como el ex presidente del Gobierno y presidente de la Fundación FAES, José María Aznar, y el ex embajador de España en Estados Unidos y ahora cónsul general en Chicago, Javier Rupérez.
Respaldo
También estuvieron presentes la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga; el presidente de los 'populares' vascos, Antonio Basagoiti, y corporativos del Ayuntamiento donostiarra, así como familiares, amigos y compañeros de Ordóñez, como su hermana, Consuelo Ordóñez, y su viuda, Ana Iríbar.
En su intervención, la viuda de Ordóñez, Ana Iríbar, pidió que se borren «las pintadas amenazantes» de las calles y «echar» a los terroristas de las instituciones, y a los nuevos responsables políticos les exigió que demuestren a los vascos que son «capaces» de hacerlo.
Iríbar dijo que quiere «ver al asesino humillado, y a su cómplice agachar la cabeza en la cola de la panadería. Y no tener que esconderme yo. Ni tener que seguir evitando calles o plazas en mi propia ciudad».
Por su parte, el presidente de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, manifestó su satisfacción por haber «echado por fin» a los nacionalistas del Gobierno en el País Vasco, y expresó su deseo de que «el enaltecimiento del terrorismo se reduzca al máximo».