El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer que la «reforma laboral tiene como objetivo primordial evitar despidos». El jefe del Ejecutivo avanzó que los presupuestos del año próximo serán restrictivos y austeros, anunció nuevas reformas, como la de las políticas activas de empleo en el Inem, y aseguró que será tenaz y valiente convencido de que el Gobierno está en el buen camino.
«Estamos en la dirección adecuada y sólo hace falta cumplir, cumplir y cumplir con las reformas», subrayó Zapatero en la rueda de prensa organizada para hacer balance del primer semestre del año, un período «con serias dificultades» del que destacó la «intensa» actividad del Gobierno con reformas «decisivas», como la laboral o la del sistema financiero. Buena parte de la larga rueda de prensa estuvo centrada en defender precisamente la reforma laboral -«decisiva para evitar despidos», insistió-, agradecer la colaboración de quienes prestan apoyo al Gobierno y garantizar que la prioridad será la lucha contra el paro.
Reformas en el Inem
En este contexto, anunció que en otoño presentará una profunda reforma de las políticas activas de empleo que tendrá como objetivo modernizar los servicios públicos para apoyar de forma directa a cada parado a encontrar un puesto de trabajo, la «gran asignatura pendiente» de la economía española. A pesar de que reconoció que la tasa de paro es «inasumiblemente alta» y que el buen dato de los más de 80.000 empleos creados en el segundo trimestre es «una gota de agua», confió en que esa tendencia se consolide lentamente y se fortalezca a final de año y en 2011.
En todo momento ha apostado por la prudencia y la cautela, pero mostró su confianza en la fortaleza de la economía y vaticinó que la recuperación iniciada en el primer trimestre del año continuará y con más intensidad en el segundo. Entre los datos positivos, citó la reducción del déficit y opinó que se está recuperando la estabilidad y la confianza de los mercados. Anunció en su comparecencia pública que los presupuestos de 2011 incluirán una reducción media del 15% en el gasto ministerial.
Tras señalar que no contempla una prórroga de los presupuestos porque «hay condiciones» para lograr los apoyos necesarios para aprobar los de 2011, garantizó que serán «necesariamente restrictivos y austeros». «Austeridad, reformas y cohesión social», repitió Zapatero para garantizar que los grupos políticos que están permitiendo la acción del Gobierno están prestando «un buen servicio al país» que será reconocido.
El jefe del Ejecutivo, que reiteró su disposición a dialogar con todos y, en concreto, con el PNV, reconoció el «mérito» que tiene votar junto al Gobierno en una reforma «difícil» y elogió también que el PSOE se haya comportado «como una roca».