El Gobierno de Marruecos considera que «las circunstancias requieren una revaluación del conjunto de sus relaciones con España en todos los ámbitos», según anunció ayer el ministro marroquí de Comunicación y portavoz, Jalid Naciri. La reacción del Ejecutivo de Rabat llega después de que el Parlamento español pidiera ayer al Gobierno de España que condene «los incidentes violentos» ocurridos durante el desmantelamiento el mes pasado del campamento de protesta saharaui de Gdaim Izik en El Aaiún, en el Sahara Occidental.
En su rueda de prensa semanal tras el Consejo de Gobierno, Naciri aseguró que la moción aprobada por el Congreso de los Diputados español «se caracteriza por su hostilidad hacia Marruecos» y «contiene expresiones antimarroquíes que son inaceptables».
Complejos
Según el portavoz, los partidos españoles que han votado a favor de la resolución de condena están movidos por «viejos complejos hacia Marruecos» y utilizan las diferencias con el reino alauí para sacar rédito electoral.
«Las fuerzas políticas españolas ponen una vez más a Marruecos en el corazón de la lucha política interna, dentro de una carrera electoral desenfrenada a fin de desviar la atención de la opinión pública española de la profunda crisis económica», subrayó el portavoz.
Por todo ello, la Cámara de Representantes marroquí en un comunicado, «tras la petición de los grupos parlamentarios», el presidente de la misma ha convocado «una sesión plenaria este viernes, que estará centrada en el análisis de la posición del Parlamento español respecto a la integridad territorial del Reino».