El presidente de la Generalitat electo, Artur Mas, ha abogado por la humildad en su primera intervención con el nuevo cargo: «No me siento salvador de este país; me siento un servidor», ha recalcado ante el pleno del Parlamento catalán.
Mas espera ser un presidente «útil, honesto, eficaz, leal y enamorado de su país y de su gente», y ha expresado su deseo de dejar un buen legado a su sucesor.
En su primera intervención, ha tenido un recuerdo para sus tres antecesores desde la restauración de la Generalitat: José Montilla, Pasqual Maragall y Jordi Pujol, destacando que fue este último quien le aupó.
No ha llegado al poder y empieza queriendose saltar una sentencia del Tribunal Supremo sobre la libertad de enseñanza (en español o catalán).Algún día los ciudadanos pasaremos factura a esta clase de gente.