El líder del PP, Mariano Rajoy, convirtió ayer a su partido en la casa de «quienes no tengan quien les defienda», sean «ricos, pobres, empresarios o trabajadores», porque España se ha empobrecido en los últimos años gracias a los «listos» y a «esta gente» del PSOE. «Aquí en el PP nadie está a la orden de nadie, sino de la conciencia de cada uno; ustedes están aquí porque quieren, y no os tiene que gustar el cien por cien de lo que hacemos, no acertamos siempre, pero este partido siempre defenderá su independencia», ensalzó el presidente de los populares durante su acto de cierre de jornada en el auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria.
Una convocatoria que ha desbordado a los organizadores, pues, según han explicado, la sala principal, de 1.900 asistentes, y una contigua, con capacidad para 300, se han quedado pequeñas, e incluso cargos del PP canario se han visto obligados a dejar sus butacas para que entraran algunos de los centenares de simpatizantes.