El director del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Europa, Antonio Borges, recomendó ayer a España que un auditor externo valore la situación de la banca para restaurar, cuanto antes, la confianza de los inversores.
«Sería positivo que alguien de fuera hiciera una valoración de la situación de la banca, como se hizo con éxito en Irlanda», dijo el experto, quien dejó claro que España ha hecho «enormes progresos», pero por alguna razón estos «no son reconocidos por los mercados».
Fase preocupante
Para Borges, la crisis de la deuda soberana en Europa ha entrado después del verano «en una fase más preocupante», porque se han visto «los primeros síntomas de contagio» a países grandes, como España e Italia.
A pesar de los enormes esfuerzos de ajuste y reformas realizados por los dos países, y de que su situación es «completamente diferente a la de Grecia o Portugal», subsiste, según Borges, «un elemento de desconfianza» respecto a ellos.
El desafío ahora mismo, añadió, es que los temores con relación a esos dos países «no se extiendan a otros y al conjunto del sistema financiero, cuya única base es precisamente la confianza».
En su opinión, el problema de España es sólo en parte de naturaleza fiscal.