La Bolsa española ha cerrado 2011 con una caída del 13,11 %, en un año que ha estado lastrado por la crisis de la deuda soberana en los países periféricos de la zona del euro y que culmina con temor a una nueva recesión.
El principal indicador español, el IBEX 35, ha terminado el año en 8.556,3 puntos, 1.362 menos que al comienzo, aunque es un final relativamente cómodo si se compara con el mínimo de 7.640,7 puntos marcado el 12 de septiembre.
La protagonista del año ha sido una nueva crisis financiera, que ha afectado con especial dureza a la deuda soberana de los países de la zona del euro.
También han lastrado los mercados las bajadas de la calificación crediticia en varios países desarrollados, el terremoto de Japón y las revoluciones árabes, que han desembocado en una subida de los precios de las materias primas.
En España, los efectos políticos principales de la crisis financiera fueron dos: un duro paquete de ajustes antes del verano y el adelanto de las elecciones, que se saldó con la victoria del Partido Popular.
Según la analista de IG Markets Soledad Pellón, el año bursátil se ha dividido en dos: un primer semestre en el que las bolsas dieron por finalizada la crisis y comenzaron a subir, y un segundo en el que surgieron nuevas dudas sobre el futuro del euro y las plazas volvieron a hundirse.
Las sucesivas reuniones de líderes europeos desde el verano y, sobre todo, la imposibilidad de poner en práctica medidas conjuntas para resolver la situación, hundieron los mercados en septiembre y llevaron a la sustitución de gobiernos democráticos por equipos de tecnócratas en Grecia e Italia.
Las primas de riesgo -el diferencial entre la rentabilidad del bono alemán a diez años y su equivalente nacional- de los países periféricos se dispararon ante el «pánico» a un nuevo rescate.
El riesgo país español, que comenzó el año en 250 puntos básicos, llegó a rozar los 500 puntos en noviembre y ha terminado 2011 en 326.
En el conjunto de 2011, la bolsa de Milán ha cedido un 25,2 %; la de París, un 16,95 %; la de Fráncfort, un 14,69 %, y la de Londres, un 5,55 %.
Además, en octubre de este año la agencia de medición de riesgos Fitch rebajó en dos peldaños la calificación de la deuda española y poco después le siguieron Standard & Poor's y Moody's, al degradarla un escalón cada una.
Standard & Poor's llegó, incluso, a quitarle la máxima nota a la deuda estadounidense en el mes de agosto, lo que afectó a las bolsas de todo el mundo.
Ante la dureza de la situación, los principales bancos centrales del mundo han llevado a cabo en dos ocasiones -septiembre y noviembre- inyecciones masivas de liquidez en el sistema de forma coordinada.
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE), sin autoridad para comprar deuda soberana, se ha limitado a adquirir bonos españoles e italianos en el mercado secundario, bajar los tipos de interés y ampliar hasta los tres años los créditos que concede a los bancos.
En el sector financiero español, este año se han fusionado varios grupos de cajas de ahorros -que han culminado con la salida a bolsa de dos de ellas, Bankia y Banca Cívica- una tendencia que va a continuar el próximo año, según IG Markets.
Además se han conocido los resultados de las pruebas de solvencia europeas, que cifran en 26.000 millones de euros las necesidades de capital de la banca española.
La bolsa española inició el año 2011 al alza, con avances en enero del 9,6 %; en febrero, del 0,41 %, y en abril del 2,86 %, solo interrumpidos por el retroceso del 2,57 % en marzo.
Sin embargo, las nuevas dudas sobre el rescate de Grecia arrastraron al IBEX hasta unas pérdidas del 3,7 % en mayo y, a partir de ahí, se multiplicaron las incertidumbres en torno al euro y la deuda soberana de los países de la unión monetaria.
Así, mientras los líderes europeos intentaban sin éxito resolver la situación, la bolsa española cayó en junio (-1,11 %), julio (-7,04 %), agosto (-9,47 %) y septiembre (-1,97 %).
Las medidas aprobadas en la cumbre de octubre permitieron al IBEX terminar el mes con un avance del 4,7 %, pero la indefinición sobre su puesta en práctica marcó una vuelta a las pérdidas en noviembre, con una caída del 5,6 %.
En diciembre ha conseguido remontar ligeramente, un 1,26 %.
Después de la caída histórica del IBEX en 2008, cuando cedió un 39,81 %, el principal indicador español subió un 29,84 % en 2009 y volvió a ceder en 2010, en este caso un 17,43 %.
Las mayores subidas del año 2011 han sido para Grifols (40,21 %) y Ferrovial (32,74 %), mientras que las mayores pérdidas han correspondido a Arcelormittal (-46,72 %) y Mediaset (-45,65 %).