El Tesoro español ha adjudicado hoy 9.986 millones de euros en bonos (a 3, 4 y 5 años), casi el doble de los 5.000 millones previstos, con menores intereses que en anteriores emisiones de estas características y una fuerte demanda de las entidades, que ha superado los 18.700 millones de euros.
Con la de hoy, España suma tres emisiones consecutivas en las que ha colocado un importe mayor del inicialmente previsto a menores intereses y con una fuerte demanda por parte de las entidades.
Además, la emisión es la primera que celebra este año el Tesoro y la primera después de conocerse los detalles del ajuste del Gobierno de Mariano Rajoy, de cerca de 15.300 millones de euros, y la previsión del déficit público, que alcanzará el 8 % del PIB en 2011.
En la subasta de hoy se han adjudicado 4.271,77 millones de euros a tres años con un interés marginal del 3,576 %, frente a una demanda que ha superado los 7.600 millones de euros.
En bonos a cuatro años se han colocado 2.503 millones de euros al 3,883 %, por debajo del 4,891 % de la anterior subasta de este plazo, y la demanda de las entidades ha alcanzado los 5.532 millones.
A un plazo de cinco años se han adjudicado 3.211 millones de euros al 3,949 %, una rentabilidad inferior al 4,885 % precedente.
La demanda de las entidades ha sido, para estos bonos a cinco años, de 5.492 millones de euros.
Las medidas adoptadas por el Gobierno para reducir el déficit parecen haber apaciguado a los inversores, pese a que aún persisten dudas en el mercado acerca de Grecia o Italia, que espera colocar hoy 12.000 millones de euros en deuda a corto plazo y, fuera de la zona del euro, Hungría.
Ni siquiera las advertencias hechas por las agencias de medición de riesgos a la deuda soberana española y a la mayoría de las Comunidades Autónomas menguaba el apetito de los inversores por la deuda española.
También la prima de riesgo, que mide el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, reflejaba una mayor normalidad que en días pasados.
Así, el sobrecoste con el que los inversores penalizan la compra de deuda española frente a la alemana, considerada más segura, comenzaba la sesión en 350 puntos básicos y se reducía poco después de la subasta hasta 335.