El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado hoy que su Ejecutivo tiene «las cosas claras» y, aunque sabe que su política económica es «dura y costosa» y no va a producir efectos a corto plazo, ha defendido la necesidad de adoptar medidas excepcionales.
Tras evitar responder a los medios de comunicación ayer en el Senado, el jefe del Ejecutivo ha atendido hoy a los periodistas en el Congreso, donde ha ratificado su disposición al diálogo, pero ha recordado también que tiene la legitimidad de los votos para gobernar y que debe hacerlo.
Rajoy ha señalado que la situación que atraviesa la economía española «es muy difícil», excepcional, por lo que el Gobierno tiene que reaccionar «con medidas excepcionales».
«Nuestra principal obligación en estos momentos es decidir, gobernar y sacar a España de la situación en la que nos encontramos», ha subrayado.
En este contexto, ha insistido en la necesidad de las reformas: «hemos hecho muchas en estos tres meses, pero más tendremos que hacer en los próximos tiempos».
El principal objetivo, ha apuntado, es reducir el déficit público, gastar de acuerdo con lo que se ingrese, reestructurar el sistema financiero y hacer cambios estructurales para fijar los cimientos para crecer y crear empleo.
«La política económica del Gobierno es dura, costosa, no va a producir efectos en el corto plazo, pero es lo que hay que hacer en estos momentos», ha reiterado.
Rajoy ha hecho hincapié en la complicada situación que viven muchísimos españoles y también el propio país como nación, con problemas para financiarse, porque el año pasado se gastaron 90.000 millones de euros más de los que se ingresaron, un dinero que, ha recordado, hay que pedir a los mercados.
Ante las ofertas de diálogo y las propuestas para alcanzar pactos con todas las formaciones políticas, ha recalcado que la obligación del Gobierno es gobernar.
«El Gobierno tiene una obligación que es gobernar y no podemos abdicar de esa responsabilidad porque es lo único que los españoles no nos perdonarían de ninguna de las maneras», ha recalcado.
Ha garantizado que él habla con todos los partidos y ha recordado que pactó la reforma de la Constitución con el PSOE, formación que se niega ahora a apoyar la ley de estabilidad presupuestaria que la desarrolla.
El diálogo continuará en la reforma laboral y en las conferencias sectoriales de educación y sanidad con todas las comunidades autónomas, aunque ha señalado que es «evidente» que en muchas políticas no se va a coincidir.
El Ejecutivo tiene claro, ha señalado Rajoy, que no debe continuar con la política de los últimos años, «las que nos han traído hasta aquí: no podemos tomar decisiones que querrían otros grupos con muchos menos apoyo».