Más de un centenar de personas se han concentrado en la madrileña Plaza de Tirso de Molina para mostrar su rechazo a las intenciones del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, de reformar la actual Ley de interrupción voluntaria del embarazo y devolverla a un modelo de supuestos.
En declaraciones a los medios, la portavoz de Mujeres ante el Congreso y organizadora de esta concentración, Isabel Soriano, ha explicado que esta decisión del Gobierno «es un retroceso por el que no están dispuestas a pasar». Soriano ha asegurado que las mujeres tienen derecho «a decidir» sobre su «propio cuerpo y sexualidad». Por ello, exigen al Estado que garantice este derecho «dentro de la sanidad publica como cualquier otra prestación sanitaria».
Asimismo, Soriano ha recordado que el Gobierno «no tiene porqué titular» la vida de las mujeres ni la de sus hijos.
Otra de las organizadoras de esta concentración, Justa Montero, ha asegurado que se trata de una propuesta «totalmente cínica» porque se hace «al mismo tiempo en el que el Gobierno ejerce una política de recortes que está llegando directamente a los servicios de atención a personas dependientes y a niñas y niños con malformaciones».
Montero ha criticado la decisión del ministro Ruiz-Gallardón que, a su juicio, está retrocediendo a tiempo de la «dictadura franquista».
En la concentración también han participado políticos y activistas como el secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo, que ha lamentado la «involución» del ministro de Justicia al proponer esta «contra-reforma» a una ley respetada «por la inmensa mayoría de la sociedad española y garantizada por el Estado».
Por otro lado, la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Boti García Rodrigo, ha asegurado que de producirse esta reforma en la actual ley se cometería un «disparate», ya que «va a mandar a las mujeres y a toda la sociedad al siglo XVI». García Rodrigo ha comentado que hay que luchar contra leyes como ésta y por la libertad de la mujer, que son «dueñas» de sus «cuerpos».