El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, contempló ayer por primera vez la posibilidad de pedir al fondo europeo de europeo de rescate que compre deuda española, aunque la decisión sólo la tomará cuando el BCE detalle las medidas no convencionales de política monetaria que ha anunciado.
«Lo que quiero es conocer cuáles son esas medidas, lo que significan, lo que pretenden y si son adecuadas, y entonces a la vista de las circunstancias tomaremos una u otra decisión. Pero no tengo tomada ninguna decisión y haré lo que creo que conviene al interés general de los españoles», aseguró Rajoy en su balance del primer medio año de legislatura tras el Consejo de Ministros.
Lo que quiere Rajoy es saber cómo se concretan en las próximas semanas las «medidas de política monetaria no convencionales» que Draghi anunció el jueves.
Sin presiones
«Haré lo que considere que es bueno para los intereses generales de los españoles, pero para eso tengo que saber exactamente de qué estamos hablando», dejó claro el presidente Rajoy, que aseguró que no ha recibido presión alguna por parte de países como Alemania o el propio BCE.
Por el momento, el presidente ha remitido a las máximas autoridades europeas una carta para tratar de animar la puesta en marcha de los acuerdos de la última cumbre, celebrada en junio, y reclamando en concreto la aprobación de la unión bancaria como tarde en la última reunión de jefes de estado o gobierno de este año.
Según Rajoy, tres de las cinco líneas de actuación contempladas por su Ejecutivo para salir de la crisis pasan por «más Europa», y por tanto España está en la «obligación» de intentar influir en las decisiones de la Unión.
Las dos primeras, las que competen en exclusiva al Gobierno, son el cumplimiento estricto del objetivo de déficit -porque «durante mucho tiempo hemos vivido pidiendo crédito y gastando mucho más de lo que ingresamos»- y las reformas estructurales para sentar las bases de la recuperación.