Cientos de miles de personas participaron ayer en Barcelona en una manifestación independentista con motivo de la Diada, una marcha que contó con el apoyo de la Generalitat y en la que también se reclamó al Estado un pacto fiscal que mejore la financiación catalana.
Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona cifraron en un millón y medio los asistentes a la protesta, mientras que la Delegación del Gobierno en Catalunya cuantificó la participación en 600.000 personas.
La cabecera de la marcha estuvo liderada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y por detrás, a bastante distancia, participó una representación de nueve consellers del Ejecutivo catalán y de partidos como ERC e ICV.
Aunque no acudió a la manifestación el presidente de la Generalitat, Artur Mas, también en esta segunda línea figuraron su esposa, Helena Rakosnik; el expresidente catalán Jordi Pujol y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias.
Hasta última hora no pudo incorporarse el líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, que acudió en muletas por una lesión en el menisco.
Éxito
«Aquí no se cabe, esto es un éxito aplastante», comentó el secretario general de CDC, Oriol Pujol, mientras que el ex presidente Jordi Pujol destacó el clamor ciudadano en contra del «expolio» económico que sufre Catalunya.
En la manifestación, que colapsó el centro de Barcelona, se escucharon consignas de «Independencia», «Mas, lidera o dimite», «Español el que no vote», así como un gran número de ‘esteladas' (bandera independentista) y, en menor medida, de ‘senyeres', la bandera catalana.