Los bancos, cajas, cooperativas y establecimientos financieros de crédito que operan en España registraron en noviembre una morosidad del 11,38 %, la cifra más alta de la que se tiene conocimiento, con un volumen de créditos dudosos de 191.630 millones.
Según los datos provisionales publicados ayer por el Banco de España, al cierre de noviembre la cartera crediticia del sistema financiero español sumaba 1,68 billones de euros, en línea con el mes anterior.
Diecisiete meses seguidos
El repunte de noviembre, más moderado que el de meses anteriores, implica que la morosidad lleva diecisiete meses seguidos al alza, desde julio de 2011, o desde abril de ese mismo año si se excluye a las financieras de crédito.
En los últimos doce meses, los créditos dudosos, que son los que acumulan tres meses seguidos de impagos, han pasado de 134.227 a 191.630 millones de euros, un repunte del 42,76 %. Por eso, en noviembre de 2011 la morosidad era del 7,51 %, frente al 11,38 % actual, lo que supone un incremento superior al 51,5 %.
A pesar de este espectacular aumento, fuentes del sector dan por hecho que la morosidad seguirá subiendo en los próximos meses debido al débil contexto económico y el reconocimiento de pérdidas en las carteras inmobiliarias.
Recientemente un estudio de la aseguradora Crédito y Caución advertía de que las empresas preveían un empeoramiento de los plazos de pago en 2013, «en línea con el desafiante entorno de negocio» que afrontan, y eso se traduce en más morosidad para la banca.
Aunque apenas nadie se atreve a aventurar cuál puede ser el techo de la morosidad en España, algunos expertos auguran que este indicador podrá alcanzar el 13 % en febrero de 2013 de seguir el ritmo de incremento de los últimos meses.
Además del desfavorable contexto económico, los expertos explican también el repunte de la morosidad por la presteza con la que las entidades financieras se apresuran a aflorar en concreto préstamos impagados para poder sacarlos de sus balances y meterlos en el llamado «banco malo».