La economía española caerá un 1,6 % en 2013 y saldrá de la recesión en 2014 con un crecimiento del 0,7 %, unas cifras que se enmarcan en el contexto de recesión de la eurozona, que se contraerá un 0,3 en 2013, dijo hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo rebaja así ligeramente -en una décima- las previsiones de crecimiento para España para este año y el próximo.
En su nuevo informe de «Perspectivas Económicas Globales» divulgado hoy, el Fondo reitera las «vulnerabilidades de la periferia de la eurozona como uno de los principales riesgos a corto plazo» para la recuperación mundial, especialmente tras «los acontecimientos en Chipre y la situación política en Italia».
En sus cálculos de enero, el FMI había previsto una contracción del 1,5 % para la economía española este año y un regreso a la senda del crecimiento en 2014 del 0,8 %.
De este modo, el organismo internacional se muestra más cauto que el Gobierno español, que había calculado una contracción de la economía española del 0,5 % para 2013 y un repunte del 1,2 % para el próximo año.
Por otro lado, el Fondo espera que el desempleo en España toque techo en 2013, con una tasa de 27 %, la mayor de la eurozona junto con Grecia, y que solo comience a reducirse levemente en 2014 hasta el 26,5 %.
En lo que se refiere al comportamiento de los precios, se prevé una progresiva reducción de las presiones inflacionarias en España del 2,4 % en 2012, a un 1,9 % de finales de 2013 y un 1,5 % para el cierre de 2014.
Como dato alentador, además, se espera que la balanza de cuenta corriente vuelva a ser positiva en 2013 con un 1,1 %, y luego crezca hasta el 2,2 % en 2014, estimulado por el avance del sector exterior español.
La revisión a la baja de las perspectivas en la eurozona de una décima hasta -0,3 % en 2013 se produce con especial magnitud en Italia y Francia, con rebajas de cuatro décimas en ambos casos.
Francia cerrará este año en recesión, con una caída del Producto Interior Bruto de 0,1 % (frente al 0,3 % positivo previsto en enero), e Italia agudizará su recesión en 2013 hasta el 1,5 % (respecto al 1,1 % previsto tres meses atrás).
Por su parte, Alemania, la gran locomotora europea, ve revisado ligeramente al alza su crecimiento para 2013, del 0,5 % previsto en enero, hasta el 0,6 % actual, el único incremento en las previsiones del Fondo para un país de la eurozona.
En el medio plazo, el organismo internacional dirigido por Christine Lagarde, subrayó que «los desafíos para la zona euro son la fatiga del ajuste fiscal, las insuficientes reformas institucionales y un prolongado estancamiento».
Una vez más el FMI vuelve a reincidir en la importancia de ahondar en la reforma laboral, con especial énfasis en los países del sur de Europa, «para aumentar su competitividad» y mejorar su productividad.
Asimismo, el Fondo urge a que «el ritmo de consolidación fiscal sea creíble, con objetivos estructurales más que nominales» en la eurozona.
El organismo insiste también en su llamamiento al Banco Central Europeo (BCE) para que mantenga su política monetaria expansiva, al apuntar que dado «el descenso esperado de las presiones inflacionarias aún existe espacio monetario para mayores medidas de estímulo no convencionales».
Para la segunda mitad del año y principios de 2014 se espera que comience a verse un recuperación «muy gradual» de la economía en la zona euro, ayudada por un «menor freno fiscal y una moderada mejora de las condiciones de crédito».
Para el próximo año, las previsiones de crecimiento del FMI son de un 1,1 % para la zona euro.
Desde hoy y hasta el próximo sábado 20 de abril, se celebrará en Washington la Reunión de Primavera del FMI y el Banco Mundial (BM), en la que se analizan los desafíos económicos globales y que acogerá también una nueva cumbre de ministros de Economía y bancos centrales del G20.